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"Líneas y Entre Líneas"...

... los invita a disfrutar , con otra mirada y con sus opiniones personales, de los encuentros y desencuentros en los distintos roles que hoy nos tocan vivir en la sociedad.

En este espacio, "La Educación" será el centro en torno al cual giren los distintos temas. A veces delirantes, otras veces reales, mutando de una expresión dura a una actitud tierna.

Así serán las interesantes propuestas y sugerencias hacia un mismo objetivo : "Convivir en Sociedad"


lunes, 28 de abril de 2014

"¡ No Santidad, no puede hacer eso !"

GEORG GÄNSWEIN: "MI PRIMERA REACCIÓN FUE: '¡NO, SANTIDAD, NO PUEDE HACER ESO!'"
Peter Seewald
  • Por primera vez en la historia, una misma persona atiende a dos papas.
  • El hombre de confianza de Benedicto XVI es ahora también el secretario del papa Francisco.
  • Charlamos con él, la persona que mejor conoce las entrañas del Vaticano.
Descripción: http://www.finanzas.com/archivos/201404/papa-3.jpg
Georg Gänswein, entre los Papas Francisco y Benedecito XVI.
El camino que ha recorrido este hombre ha sido largo. Hijo de un herrero, nació hace 58 años en un pueblecito alemán de 450 habitantes, en la Selva Negra. Hoy es arzobispo y prefecto de la Casa Pontificia en el Vaticano.
Georg Gänswein recibió pronto la llamada de la vocación.
Tomó la decisión de hacerse sacerdote con solo 18 años y quienes lo conocen hablan con admiración de su mente afilada. En la actualidad, este arzobispo es al mismo tiempo secretario privado del Sumo Sacerdote Francisco y del Papa emérito, Benedicto XVI. Lleva la agenda de ambos y filtra de entre el alud de cartas, llamadas y peticiones de audiencia aquellas que serán contestadas y admitidas. El camino que conduce a cualquiera de los dos Papas siempre pasa por él.
XL Semanal. Su nuevo jefe no vive en el apartamento pontificio, lleva zapatos normales y conduce coches baratos. ¿Hay un revolucionario antisistema sentado en el trono de Pedro?
Georg Gänswein. No. Los que estamos en contacto constante con el Papa Francisco hemos aprendido a diferenciar entre la imagen externa y su personalidad real. Su impronta jesuita ya de por sí va en contra de lo de 'revolucionario' y del concepto 'anti'. En cuanto a los zapatos, no deja de ser una cuestión estética. Además, sería un esfuerzo vano tratar de convencerlo de que, tanto desde una perspectiva visual como de la tradición, probablemente lo más correcto sería amoldarse a la línea de su predecesor.
XL. Si hay algo que Francisco no ha permitido, es que nadie le diga lo que tiene que hacer.
G.G. La verdad es que yo nunca le he impuesto nada al Papa. ¡Ni sé cómo podría hacerlo! El paso del anterior pontificado al actual fue todo un desafío. Pero ahora me entiendo tan bien con el Sumo Pontífice como con el emérito.
XL. Sin embargo, da la sensación de que muchas de las cosas que eran habituales con Benedicto faltan ahora en Francisco: la precisión en la palabra, la riqueza de la tradición...
G.G. Ambas personalidades son totalmente diferentes. El Papa Francisco es un hombre de gestos y hace cosas que no se esperan de un pontífice. A Benedicto se le escuchaba, y así era como su palabra llegaba. Con Francisco, la gente primero quiere ver cómo se desenvuelve, cómo afronta su tarea. Es un hombre que entiende que hay que dirigirse a la persona en su conjunto, no solo al intelecto. Si el entusiasmo que el nuevo Papa ha despertado se mantiene, es algo que se verá con el tiempo.
XL. Usted tuvo elección. Pudo decidir si quería o no servir a los dos papas.
G.G. Yo no busqué este doble trabajo, vino a mí. Ahora asumo ambas realidades e intento armonizarlas.
XL. Durante el día es prefecto con el Papa en activo; por la noche, secretario privado del Papa emérito y vive con él en el monasterio Mater Ecclesiae, en los jardines del Vaticano.
G.G. En la misma casa viven también las monjas de Memores Domini, que ya lo asistían durante su pontificado. Es una convivencia familiar, igual que antes, pero sin la presión de la responsabilidad. Y eso se nota, por supuesto. Benedicto se ha vuelto aún más tranquilo, más bondadoso. Ya no se siente oprimido por la carga del pontificado. Naturalmente, el paso de los años también se nota. El Papa emérito es un anciano, pero mantiene una mente lúcida y el mismo sentido del humor de siempre.
XL. Han circulado todo tipo de versiones sobre los motivos de su renuncia. Algunos afirman que fue el escándalo del Vatileaks lo que lo llevó a ello. Antes que nada, ¿cómo recuerda usted aquel 11 de febrero de 2013?
G.G. Fue un día como los demás. Empezó con la misa, luego siguió el breviario y a continuación el desayuno. Nunca tuve la impresión de que el Papa estuviera nervioso. Cuando más tarde lo ayudé con los ropajes litúrgicos que llevaría para el consistorio la muceta, el roquete, la cruz pectoral y la estola, ya le noté cierta inquietud. Luego se dirigió a la sala donde estaban reunidos todos los cardenales.
XL. Por cierto, se dice que muchos cardenales, al principio, no se enteraron porque no entendían bien el latín.
G.G. No fue exactamente así. El consistorio se había convocado para anunciar varias canonizaciones. Las sillas de los 70 cardenales estaban dispuestas en forma de herradura delante del Papa. El desconcierto comenzó cuando empezó a hablar en latín: «Estimados señores cardenales, no les he convocado únicamente para hacerles partícipes de la canonización, sino que tengo otra cuestión importante que comunicarles». Todos estaban agitados. «¿Qué sucede?», se decían. Cuando Benedicto continuó leyendo la declaración, que él mismo había redactado, algunos se quedaron petrificados. Se miraban y se preguntaban: «¿Lo habré entendido bien?».
XL. Según creo, la decisión de retirarse ya la había tomado en agosto de 2012. Su médico personal afirmó que no podría resistir otro vuelo transatlántico. Y el Papa tenía en ciernes la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en Río. En una de las entrevistas que mantuve con él, el propio Santo Padre me dijo que aquello le había hecho ver que tenía que retirarse a tiempo «para que el nuevo Papa pueda tener una etapa de rodaje antes de ir a Río». ¿Intentó usted hacerle cambiar de opinión?
G.G. El Sumo Pontífice me contó su decisión en la forma en la que usted lo ha descrito. Mi primera reacción fue: «¡No, Santidad, no puede hacer eso!». Pero aquellas fueron palabras dichas desde el afecto. Enseguida, me di cuenta de que no me lo había contado para que lo ayudase a tomar la decisión, sino que me estaba comunicando una resolución que ya había adoptado en firme.
XL. Usted fue una de las cuatro personas que conocían el secreto.
G.G. Cuando el Papa me desveló lo que tenía pensado hacer, me obligó a mantenerlo bajo el compromiso de silencio. Se podrá imaginar que no me fue nada fácil, hubo situaciones en las que aquello casi me desgarraba por dentro.
XL. Benedicto XVI aseguró que su decisión no tuvo nada que ver con Vatileaks. El Papa explicó que su retirada se debía a la disminución de sus fuerzas. ¿Vio en el sufrimiento de Juan Pablo II un mensaje personal del anterior Papa, algo a lo que en cierto sentido él no estaba obligado?
G.G. Creo que lo ha interpretado usted de la forma correcta. El pontificado de Juan Pablo II duró 27 años. El de Benedicto XVI, apenas ocho, es decir, menos que el tiempo que se prolongó el padecimiento de Juan Pablo II. Llegó a la conclusión de que continuar en el cargo hasta terminar como lo hizo su predecesor, o imitarlo de alguna manera, no era lo que le correspondía a él.
XL. ¿Cómo fue el 28 de febrero de hace un año, cuando salió del Vaticano en helicóptero con dirección a Castel Gandolfo?
G.G. El día se fue haciendo más triste de hora en hora. Sobre todo, cuando dejamos el apartamento pontificio. Primero bajamos en ascensor al patio de San Dámaso, donde se habían reunido espontáneamente muchos de los empleados, algo que nosotros no sabíamos. Luego seguimos en coche hasta el helipuerto. Reinaba un silencio elocuente mientras sobrevolábamos la ciudad. Se me hizo muy penoso. Sentí un dolor intenso. Y la expresión natural del dolor son las lágrimas.
XL. El primer acto del sucesor de Benedicto fue llamar por teléfono a su predecesor, aunque no consiguió hablar con él.
G.G. Ocurrió de la siguiente forma: el sustituto y el secretario de la Segunda Sección de la Secretaría de Estado, así como el prefecto de la Casa Papal, en este caso yo, tienen el derecho y la obligación de prestarle al Pontífice juramento de obediencia inmediatamente después de su elección. Así que aguardé mi turno y me dirigí hacia Francisco, que me saludó y me dijo: «Me gustaría llamar al Papa Benedicto. ¿Cómo puedo hacerlo?». «Muy fácil le contesté, tengo el número. ¿Cuándo?». «Enseguida». Y así lo hicimos, pero nadie contestó en Castel Gandolfo. «¡No puede ser!», me dije. Llamé a uno de nuestros guardias destacado allí y le pedí que, por favor, se acercara a ver qué pasaba. Pero tampoco respondió nadie cuando llamó a la puerta. Al segundo intento sí lo conseguimos. El motivo fue que el Papa Benedicto, su segundo secretario y las memores estaban viendo la televisión y no oyeron nada.
XL. Benedicto pensaba que su sucesor sería otro. «Cuando escuché el nombre me contó, al principio no estuve muy convencido. Pero cuando vi cómo hablaba con Dios y cómo con los hombres, me sentí feliz». ¿Cómo lo vivió usted?
G.G. Cuando escuché, y luego vi con mis propios ojos, sobre quién había recaído la elección, mi primer pensamiento fue: «¡Qué sorpresa!». Y lo fue en muchos sentidos. Un hombre que no era de Europa, no estaba entre los favoritos... A todo esto se sumaba que pertenecía a una orden religiosa: ¡un jesuita!, ¡y, además, el primero! ¡Era para estar sorprendido!
XL. ¿El Papa Francisco trae una forma distinta de religiosidad?
G.G. Francisco trae consigo una musicalidad religiosa que nosotros, en Europa, tenemos que recuperar, que volver a aprender. Y eso es algo que solo puede hacernos bien. La alegría religiosa que allí se percibe es un gran regalo para nosotros en Europa.
XL. ¿Habla usted con el 'viejo Papa' sobre su sucesor?
G.G. Cuando vives con alguien, conversas de todo; eso está claro. Yo expreso mi opinión abiertamente y sin reparos, y Benedicto contesta con la misma franqueza.
XL. Parece que el Papa nuevo y el viejo se entienden bien. Benedicto me aseguró en una entrevista que no tenía ningún problema con el estilo de Francisco: «Al contrario, me parece bien», me dijo. Esto sorprenderá a bastantes personas.
G.G. A mí también.
XL. En muchos aspectos, el Papa Francisco no dice nada diferente de lo que dijo Benedicto. Sin embargo, se los presenta como si tuviesen personalidades opuestas.
G.G. En mi opinión, eso es algo simplista. No hay que pasar por alto que el Papa Benedicto tuvo que afrontar graves problemas y que no lo hizo pensando en cómo se recibiría fuera, sino pensando en la verdad, en hacer lo correcto. Estoy convencido de que, en caso del Sumo Pontífice Francisco, tampoco será de otra manera, lo único es que todavía no ha tenido ocasión de dar prueba de ello. En cualquier caso, no los veo como opuestos, sino como complementarios.
XL. ¿No le parece que muchas veces lo que se hace es simplemente hablar bien de Francisco, como si se quisiera edulcorar su imagen, una especie de hagamos un papa como el que nos gustaría tener?
G.G. El rasgo principal que, a día de hoy, caracteriza la percepción pública de la figura del Papa Francisco es la admiración, incluso diría que el entusiasmo. Pero ¿todo lo que él dice se percibe también así? Mi impresión es más bien que a sus palabras se les atribuyen todo tipo de interpretaciones. Todos creen que pueden reclamarlo para sí. Evidentemente, llegará el día en el que se acabará separando el grano de la paja.
XL. Benedicto XVI nombró a un protestante presidente del Consejo Científico papal. Bajo su pontificado, un profesor musulmán enseñó el Corán en la Universidad Gregoriana. También comió lasaña con los sintecho y visitó a jóvenes en prisión. Expulsó a cerca de 400 sacerdotes por estar relacionados con abusos sexuales. Pero todo esto apenas ha llegado a la opinión pública. ¿Se negó Benedicto a hacerlo porque se opone a toda forma de efectismo o es que simplemente se le ha 'vendido' mal?
G.G. Benedicto es un hombre contrario al culto a la persona. Nunca le ha dado ningún valor a saber venderse. El hecho de que el trabajo de prensa no siempre fuera el óptimo es algo de lo que extraer enseñanzas para hacerlo mejor en el futuro. La opinión pública percibe lo que le transmiten los medios de comunicación. Que eso se ajuste a la realidad apenas juega papel alguno.
XL. ¿El camauro, ese gorro rojo con el ribete de armiño blanco, fue un error?
G.G. No fue idea mía, y tampoco me entusiasmó. Simplemente se buscó un gorro para que el Papa pudiera llevarlo en invierno. Y aquel día se lo puso porque durante la audiencia general hacía mucho frío y el viento soplaba con fuerza en la plaza de San Pedro. Pero eso bastó para reproducir la imagen una y otra vez y para decir: «Mirad, es un papa que quiere llevarnos al pasado, a la Edad Media». Un absurdo.
XL. Hablemos de la última polémica: el cuestionario que el Vaticano ha elaborado sobre la aceptación de la doctrina moral católica...
G.G. La idea de la encuesta surgió con la vista puesta en el sínodo que tendrá lugar en Roma en octubre. La Secretaría del sínodo ha enviado un cuestionario a los obispados de todo el mundo como preparación para este importante encuentro con la intención de sondear cómo está el panorama en lo que son 'las verdaderas bases'.
XL. ¿Es que no se sabe?
G.G. Yo creo que sí, pero no hay nada malo en tomar una fotografía de la situación actual como preparación para el Sínodo de la Familia. De esa forma se consigue un punto de partida sólido, realista, sobre el que empezar a trabajar en octubre. Una encuesta no es ni mucho menos un instrumento para imponer determinadas concepciones.
XL. ¿Se encontrará Francisco con un problema?
G.G. Si su pregunta se refiere concretamente al sínodo, entonces sí, es posible. El Papa Francisco se está viendo expuesto a una presión enorme debido a las expectativas que ha despertado. Desgraciadamente, a esto han contribuido algunas indiscreciones. Si no se satisfacen esas expectativas, la situación podría cambiar rápidamente.
XL. Volviendo a Benedicto XVI: ningún otro pontífice moderno ha cambiado el papado tanto como él. Lo inauguró recuperando la tiara del escudo papal y lo cerró con su renuncia, la primera dimisión en la historia de un papa que estuviera en auténtico ejercicio de su dignidad. En el momento final, el filósofo de Dios se ha dirigido allí donde el intelecto solo no basta: se ha vuelto a la oración, a la meditación. ¿Esto también constituye un mensaje?
G.G. Sí, un mensaje muy fuerte y muy claro. La Iglesia no solo se gobierna mediante decisiones, también mediante la oración. En la última etapa de su vida como «peregrino terrenal» así es como el propio Benedicto se definió en su discurso de despedida en Castel Gandolfo quiere acompañar y apoyar a la Iglesia y a su sucesor desde la oración.
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Francisco
"Su actitud no es una estrategia. Es así: directo y sencillo"
Es un hombre muy directo, muy sencillo y muy auténtico tanto ante las multitudes como en las audiencias privadas. No es una forma de ganar puntos, no es una estrategia. El Papa es tal y como se muestra. Francisco no está cambiando la esencia del papado. Sí ciertos aspectos concretos relacionados con el día a día. Hay que darle al Papa margen de maniobra, la libertad de hacer las cosas de una forma diferente a sus predecesores.  Además, a mí no me supone ningún problema que el Papa Francisco lleve él mismo su maletín o que haga esto o aquello de una forma distinta».
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Benedicto XVI
"La verdadera revolución fue su renuncia"
El Papa emérito es un hombre tímido. Se ha hablado mucho de revolución en el Vaticano tras el último cónclave, es decir, con el comienzo del nuevo pontificado. Pero lo verdaderamente revolucionario fue la decisión de Benedicto de renunciar como sucesor de Pedro. Eso fue lo decisivo. Y solo ahora estamos viendo la enorme relevancia que tuvo. Ha habido 267 papas y ninguno de ellos ha sido exactamente igual que su antecesor. Hay que valorar a los distintos papas como sucesores de Pedro, y no medirlos por comparación con otros sumos pontífices».
Mi vida antes del vaticano
Mi padre administraba una herrería que pertenecía a la familia desde generaciones. Mi madre era ama de casa. Quizá entre los 15 y los 18 años fuera un joven rebelde. Escuchaba a Cat Stevens, Pink Floyd y otros artistas famosos de aquella época. Llevaba una melena bastante larga. A mi padre no le gustaba, así que de vez en cuando discutíamos. Para pagarme mis estudios trabajé como cartero. Nunca tuve una relación estable. Sí pequeñas y románticas amistades juveniles. Al principio quería ser corredor de Bolsa. Pensaba que podía hacer dinero muy rápido. Luego pensé: '¿Y después?'. Así empecé a buscar... Así llegué a la Filosofía y a la Teología y fui avanzando hacia el sacerdocio paso a paso».
Los dos Papas hablan por teléfono y se escriben
Puedo contar una historia muy bonita, comenta el arzobispo el canal alemán ZDF. Francisco concedió una entrevista a una revista jesuita y, cuando recibió el primer ejemplar de la publicación, me la entregó y me dijo que se la llevara a Benedicto XVI, que le pidiese que anotara todas las críticas que se le ocurrieran y que luego me la devolviera. Tres días después, Benedicto me dijo que tenía cuatro páginas y me pidió que se la llevara, por favor, a Francisco; sí, el Papa emérito había hecho sus deberes... Había leído la entrevista y le transmitía a su sucesor algunas reflexiones. Naturalmente, no voy a decir cuáles. La comunicación entre ellos se da de muchas formas; por escrito, pero también por teléfono. Hace poco, para el cumpleaños del Papa Francisco, que es el 17 de diciembre, quería invitar a comer a Benedicto XVI en Santa Marta, pero estaba llena de gente y pareció mejor dejarlo para después de Navidad, que sería más discreto. Para muchos, ver dos papas comiendo juntos sería demasiado...».
"Ser Papa después de Juan Pablo II"
Se ha especulado mucho sobre si Juan Pablo II quería que el cardenal Ratzinger fuese su sucesor apunta el arzobispo. Yo no lo sé. Juan Pablo II es una de las personas más apreciadas, si no la que más, por Benedicto XVI». Para algunos, Benedicto tuvo mala suerte al ser elegido Papa tras una figura del calibre de Juan Pablo II. Sobre eso, Gänswein afirma: «El Espíritu Santo manda al Papa en el momento justo, y esto vale para Juan Pablo, para Benedicto y para Francisco. Después del larguísimo pontificado de Juan Pablo II, vivido en plena fuerza durante los primeros veinte años, y tras los años de sufrimiento (público, visible y perceptible), se convirtió en Papa una persona que vivió durante 23 años al lado de Juan Pablo como ningún otro cardenal. No creo que Benedicto haya sido desafortunado. Habría sido difícil para quien hubiera sido elegido».
XL Semanal20/04/2014 - 00:00

domingo, 27 de abril de 2014

Amor propio...

Reflexión de Charles Chaplin sobre el amor propio.

 

A medida que aprendí a tener amor propio, descubrí que la angustia y el dolor emocional sólo son señal de vivir contrariamente a mi verdad.
Hoy sé que de lo que se trata eso es de…ser auténticos.
A medida que aprendí a tener amor propio, pude comprender lo ofensivo que puede ser
forzar mis deseos  sobre alguien,
sin importarme que no sea el momento adecuado,
ni que esté preparado para ello...
aunque yo mismo sea esa persona sobre la que me imponga.

Hoy sé que de lo que se trata eso es de…
respeto.
 
A medida que aprendí a tener amor propio, dejé de desear una vida diferente,
y me di cuenta de que todo cuanto nos rodea
es una invitación a crecer.

Hoy sé que de lo que se trata eso es de…
madurez.

 
A medida que aprendí a tener amor propio, comprendí que siempre, sin importar la circunstancia,
estoy en el lugar y el momento correcto,
y sólo debo relajarme.
Hoy sé que de lo que se trata eso es de…
autoconfianza.

A medida que aprendí a tener amor propio, dejé de idear proyectos demasiado ambiciosos,
y a robarme mi propio tiempo...
Hoy, a mi propia manera, y mi propio ritmo,
sólo hago aquello que me hace feliz,
aquello que amo y alegra mi ser.
Hoy sé que de lo que se trata eso es de…
sencillez.
 
A medida que aprendí a tener amor propio, me liberé de aquello que no me hace bien:
comidas, personas, cosas y situaciones
que me empujaban al lodo del desánimo.
Al principio a eso lo llamé egoísmo.
Hoy sé que de lo que se trata eso, es de…
amor propio.
Amor propio, Charles Chaplin

A medida que aprendí a tener amor propio, desistí de intentar llevar siempre la razón,
y desde entonces me equivoqué mucho menos.
Hoy sé que de lo que se trata eso es, de…
humildad.
A medida que aprendí a tener amor propio, pude dejar de vivir en el pasado y preocupándome por el futuro.
Ahora vivo el momento, pues es cuando las cosas acontecen.
Ahora vivo el día, un día a la vez.
Hoy sé que de lo que se trata eso es, de…
plenitud.

Plenitud
A medida que aprendí a tener amor propio, me di cuenta que mi mente me perturbaba y enfermaba.
Pero a medida que fui siendo fiel a mi corazón
mi mente se convertía en un buen aliado.
Hoy sé que de lo que se trata eso es, de…
sabiduría del corazón.

Reflexión sobre el amor a uno mismo.
Ya no hay necesidad de temer discutir,
ni temer diferencias con otros o nosotros mismos...
Pues hasta las estrellas chocan entre sí,
y de su colisión nuevos mundos nacen.
Hoy sé que de lo que se trata eso es, de…
vida.

Sectores afectados por tantos feriados

Curiosidades del calendario 2014


Si analizamos el calendario 2014 nos encontramos con algunos datos interesantes:
  • Los meses de febrero y septiembre tiene en común que no hay ningún feriado entre sus días.
  • Este año el carnaval se conmemora en marzo a diferencia a otras ocasiones en que era durante el mes de febrero. Esto se debe a que la fecha del carnaval no tiene un calendario fijo, pueden leer las razones acá.
  • Marzo y diciembre son los únicos meses que tienen dos fines de semana largos cada uno.
  • La mayor cantidad de días entre un feriado y otro es de 60, entre el miércoles 1° de enero (año nuevo) y el lunes 3 de marzo (carnaval).
  • Los feriados puente de 2014 son el viernes 2 de mayo y el viernes 26 de diciembre.
  • Son tres los feriados trasladablesdel año
  • La Semana Santa, a nivel de feriados, no es tal ya que solamente el Viernes Santo (18 de abril) es reconocido como un día en que no se trabaja. Durante el Jueves Santo puede otorgar libre el día a sus empleados pero no es obligatorio.
  • Los días no laborables, por más que su nombre de a entender otra cosa, realmente se trabaja normalmente al menos que el empleador decida otorgarlo a sus empleados. Se aplica generalmente a quienes profesan la religión judía o musulmana.
  • Para un empleado que trabaja de lunes a viernes, los feriados de 2014 van a representar 3 semanas extras de vacaciones al año. Si sumamos a las 3 semanas de vacaciones pagas que tiene el promedio (con más de 5 años de antigüedad) llegamos por año a un mes y medio de vacaciones pagadas para los empleados argentinos.
  • Sectores más beneficiados por la política de feriados: turismo y economías regionales.
  • Sectores más afectados: industria y conglomerados comerciales de las ciudades más importantes (porque la gente se va y no consume).
  • Durante el 2014 van a dejar de fabricarse 60.282 automóviles durante los feriados.

sábado, 26 de abril de 2014

El "ser humano" y ser "humano"

El ser humano y ser humano

 
¿ Cuál es la diferencia entre "ser humano" y ser "humano" ?
 
Cada ser humano, cada animal, cada árbol y arbusto, cada flor y cada otra planta y forma de vida es en sí misma algo especial, una peculiaridad y unicidad en todo aspecto. Pero sólo la forma de vida humana, de cualquier tipo, es capaz de pensar y actuar de manera consciente; y de ese modo es la más especial entre todas las formas de vida.
Para el ser humano, ser especial no significa simplemente que él está por encima de todo, disfrutándolo y utilizándolo todo según su gusto, ya que ser especial significa en primer lugar ser verdaderamente un ser humano. Ser humano significa compartir la vida con  otras vidas y siempre prestar ayuda cuando la necesidad lo requiera.
Ser humano significa ser especial y haber desarrollado la capacidad de instruir también a los otros, de tal forma de darles posibilidad de progreso a los demás.  Así también brindarse con amor y  sabiduría para que  otros aprendan y progresen. Ser humano significa ser honesto en los pensamientos y sentimientos, en palabra y acto, ser siempre sincero y sensible, y siempre asegurarse de que el amor verdadero sea una parte del todo y de cada uno.
Ser humano significa haber desarrollado dentro de sí mismo la capacidad de poder dar a los demás algo bueno y positivo, así como también equilibrado y armonioso, y ayudarlos en los cambios que se presenten cuando necesitan la ayuda humanitaria del prójimo.
Ser humano significa no angustiarse ni herir a otros ;  ser humano significa dar el ejemplo ante los actos imprudentes del prójimo, y considerar las cosas tal como son, para aclararlas, corregirlas y conducirlas en forma equilibrada hacia la verdad. Ser humano significa permitirse las alegrías justas de la vida y disfrutarlas libremente, también la alegría de estar cerca de otros y de poder preocuparse por la felicidad de ellos.
Ser humano significa reconocer y aceptar la propia singularidad, sentirse orgulloso, dentro de un marco sano, de ser  humano y actuar como tal, como  uno mismo reconoce dentro de sí mismo y que efectivamente lo encarna.
Ser un ser humano especial y ser humano significa haber llegado a la cognición y al entendimiento de que el amor verdadero, es lo que engendra y sustenta la vida y la conduce en forma evolutiva hacia el futuro.
Y tú, ser humano, que lees estas líneas, tú eres un ser humano único, particular y muy especial, que debe andar por el camino del amor, del conocimiento, de la sabiduría, la armonía y de la paz.  Tú eres valioso, digno de la consideración y del respeto porque  eres un ser humano, porque encarnas algo único en nuestro hermoso mundo terrestre, que te destacas entre muchos millones de otros. Y  por último tú eres un ser humano, que debe ser tratado y respetado, dando siempre el ejemplo ante los que te rodean, como HUMANO.

viernes, 25 de abril de 2014

Si queremos paz...¿debemos prepararnos para la guerra...?

PARA REFLEXIONAR...

Muchos habréis escuchado más de una vez el 
clásico "si quieres la paz, prepárate 
para la guerra".

Parándonos a pensar, tal afirmación parece lógica en sí misma. Además, situaciones, guerras y conflictos específicos de la historia parecen mostrarnos esto como una realidad aplastante. El pensamiento y la contrastación de la teoría con la realidad suele concluir que esta es verdadera o al menos, que sostiene una gran razón. Dicho esto, adjunto como es costumbre un texto de reflexión y guía: "Una de las cosas más extrañas es que todos los genios militares del mundo hayan hablado de paz. Los conquistadores del pasado, que mataban para imponer la paz -por ejemplo, Alejandro, Julio César, Carlomagno y Napoleón-, coincidían en la búsqueda de un orden universal basado en la paz. Si leéis "Mi lucha" atentamente, descubriréis que Hitler alega que todas las cosas que hizo en Alemania las hizo en nombre de la paz. Y, en la actualidad, los hombres que gobiernan nuestro mundo se pasan el tiempo hablando de la paz. ¿Dónde reside, pues, el problema? Estos gobernantes nos hablan de la paz como si se tratase de un objetivo muy lejano, de un fin que estamos buscando. Pero algún día llegaremos a darnos cuenta de que la paz no puede ser simplemente un objetivo distante, sino que es el medio con cuya utilización llegaremos a aquel objetivo. Para alcanzar un fin pacífico, debemos emplear medios pacíficos. Y con estas palabras, como análisis final, pretendo decir que el fin y los medios deben estar en estrecha correspondencia, pues el fin ya está contenido en los medios y, finalmente, unos métodos destructivos nunca podrán llevarnos hacia un fin constructivo." - M. LUTHER KING, El clarín de la conciencia.
Después de lo leido, ¿creéis que es acertado el viejo dicho "si quieres la paz, prepara la guerra"? A lo largo de la historia cabecillas y líderes de guerra de todos los tiempos han escusado sus maniobras con este ideal, sea este tanto una convicción como una mera y maquiavélica escusa. ¿Es posible conseguir una paz satisfactoria a través de la guerra? ¿Acaso no es verdad que el fin y los medios deben estar en estrecha correspondencia? ¿Por qué? Inicio así el debate sobre un concepto político/militar de pluralidad cultural que ha prevalecido desde su formulación hasta el día de hoy.
 
COMENTARIOS : las siguientes expresiones son "comentarios" expresados por varias personas de distintas edades y sexo, las cuales nos sirven para reflexionar y sacar nuestras propias conclusiones.
 
Yo lo que pienso es que la paz definitiva y absoluta es una utopía, por limitaciones del ser humano. El ser humano es por naturaleza egoista y dominador. Esto hace que una vez empezaron a asentarse las primeras sociedades se empezaron a alternar momentos de paz con peleas y guerras (incluso dentro mismo de las sociedades), por afan de territorio, de materias, etc. por lo tanto lo que quiero decir es que no existe una paz definitiva, habra periodos de guerra alternados con momentos de paz, hasta que nos destruyamos a nosotros mismos. por lo tanto es en cierta forma acertada la cita "si queremos paz preparate para la guerra"
 
¿Creéis que es acertado el viejo dicho "si 
quieres la paz, prepara la guerra"?
En el mundo en que vivimos, por lamentable que sea, esto suele ser necesariamente así.
Si lo que se busca es una paz plena la guerra transcurrirá inevitablemente.
Si por el contrario la guerra no se lleva a cabo suceden cosas como las que sucedieron en la Guerra Fría.
No fue exactamente una guerra al uso, en el sentido de que tanto EEUU como la URSS mantuvieron las distancias en este momento, pero en esa situación no se puede decir que se estuviera en paz. Finalmente no estalló la Tercera Guerra Mundial, lo cual también demuestra que las cosas se pueden solucionar sin la fuerza armada pero, ¿existió realmente una paz plena entre estos dos países?



No a mi parecer. Efectivamente se puede maquillar la situación y dar a entender una presunta paz por ambos lados, pero de ahí a hablar de paz... para mí hay un trecho. ¿Es posible conseguir una paz satisfactoria a través de la guerra? Es improbable. No estoy seguro de que exista la paz absoluta. Evidentemente hay situaciones más o menos cómodas, pero en este mundo tan globalizado es realmente difícil estar en paz con todo el mundo. Sólo se podría alcanzar verdaderamente la paz en sociedades muy aisladas del resto, y aún así surgirían conflictos internos que finalmente diesen lugar a diversas contiendas. En cualquier caso, hay veces que para lograr esas situaciones más o menos cómodas que he citado sí que son satisfactorias las guerras, aunque no defiendo que sean la vía más lícita. ¿Acaso no es verdad que el fin y los medios deben estar en estrecha correspondencia? ¿Por qué? Para nada, aunque no sabría explicarte muy bien el porqué. Esa frase tan maquiavélica de El fin justifica los medios es en muchas ocasiones cierta, y esta afirmación no implica en absoluto que deba haber una coherencia entre medios y fin. Habrá veces, como en este dilema, que los propios medios atenten temporalmente contra el fin, pero si todo es por un fin mayor quizá sí que sea justificable, depende de la conciencia de cada uno. En mi opinión la guerra es un acto mucho más inherente al ser humano que la propia paz. Siempre luchamos por conseguir lo que queremos, no solemos permanecer espectantes ante los acontecimientos. Nuestra propia naturaleza nos impulsa a tener aspiraciones que muchas veces pueden verse truncadas por otra gente. La guerra como se suele conocer es (digamos) la forma bestia de lo que vivimos diariamente. La jerarquía de las clases sociales, la diferencia de razas, las políticas, las religiosas... Mientras todas esas diferencias existan (es decir, siempre), existirán guerras, al no ser que se cree algo completamente distinto a lo que conocemos hoy en día.

 
Yo sigo pensando, a pesar de que puedan decir que es un dicho ciertamente anticuado o de una época ya no correspondiente a la nuestra (recordemos que nuestra vida ocurre en un tiempo diplomático en el que las guerras no son tan impactantes como puedieron ser la primera y segunda Guerra Mundial o la Guerra Fría, sólo por poner ciertos ejemplos) que expone un averdad absoluta, y si no paremos a reflexionar unos segundos. La paz... sin duda alguna es un término difícil de definir, al igual que todos los elementos abstractos, pero podríamos decir que es una especie de bienestar completo. Como ya he leído anteriormente yo también expongo que esta situación es completamente utópica, por la sencilla razón de que es prácticamente imposible que en una situación mundial en la que existe disparidad política, disparidad en cuando a doctrinas económicas y demás diferencias se llegue a un beneficio común, por lo que siempre habrá ciertas regiones del mundo que se encuentren amenazadas bajo la presión imperialista de potencias bastante más desarrolladas. Por ello, aunque se logre la paz (reitero, prácticamente imposible) las ansias de poder, dinero, fama... harán que las potencias que posean mayores efectivos bélicos intenten ampliar sus límites y hacerse cada vez más grandes, es algo simplemente inevitable. Durante la etapa de entreguerras, la Sociedad de Naciones intentó llevar a cabo este proceso de instauración de la paz, sin embargo, todo fue en vano porque siempre el poder, ciega al ser humano. Por tanto, y como conclusión exponer que para conseguir la paz habrá que hacer una guerra... pero dicha paz será la causante de que desemboque una guerra, por lo que la historia de la humanidad en este aspecto se podría definir como un ciclo inestable e infinito de paz-guerra-paz.
 

Tuve la oportunidad de hablar con un maestro de artes marciales, a mi ver bastante
sabio, de los pocos ciertamente, la mayoria son marrulleros chulescos.
Desde el ámbito quizás espiritual,o de otra cosa...metanoseque,como quien quiera llamarlo. El ser humano muestra dos dualidades por cada cualidad....fuerza,debilidad...alto,bajo...guerra,paz...Ambas necesitan de la otra para existir(ying y yang a mansalva)si no existiese la paz no sabriamos lo que es la guerra,si solo hubiese una cosa no habria para diferenciarlo y se escaparía de nuestra comprensión... La guerra,el caos... forma parte de la naturaleza,de la vida,de la muerte...practico la guerra para entender la paz,practico para mantener la misma,aprendo a no herir,aprendo a controlarme,mi destreza es mi arma..comprendiendo la guerra(violencia,caos...),entendiendola...sabiendo lo que puede desatar con una mala palabra,un mal gesto..puedo preveerla,quien no conoce nunca la guerra,ni la violencia"la maldad",quien no sea consciente del daño de la guerra ,generará guerra por donde quiera que pase.

Canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II

Canonización de Papa Juan XXIII y Papa Juan Pablo II

Canonización de Papa Juan XXIII y Papa Juan Pablo II
El día 27 de abril del 2014, Su Santidad Papa Francisco proclamará Santos a sus predecesores Juan XXIII y Juan Pablo II. Un momento de alegría y de oración por los fieles que de todo el mundo afluirán a la Plaza de San Pedro, pero también al comienzo de un viaje eterno en la gloria de la Iglesia Católica. El Beato Juan XXIII es conocido por todos como el “Papa bueno", apelativo que refleja mejor no sólo los rasgos somáticos de su rostro, tan querido a tantos fieles, sino sobre todo el carácter de un Pastor premuroso que no faltaba nunca, con pocas y simples palabras, de dar conforto a los que tenían más necesidad. Su fundamental intuición histórica fue la convocatoria del Concilio Vaticano II, fuertemente deseado y abierto el 11 de octubre del 1962: el Concilio será un momento de giro en la historia de la Iglesia. Papa Roncalli murió el 3 de junio de 1963 y fue precisamente en aquellos tristes días de luto que se comprendió plenamente cuanto fue amada universalmente su figura y cuan fundamental su magisterio. Juan Pablo II ha sido el Pastor que ha guiado a la Iglesia en el nuevo milenio y su figura es considerada una de las más significativas e influyentes de la historia contemporánea, no sólo de la Iglesia, sino del mundo entero. Solamente por citar algunos de los aspectos sobresalientes que pueden resumir su extraordinario pontificado: los viajes apostólicos por el mundo, el diálogo con otras confesiones, la defensa constante de los valores morales, de la vida y de la familia, la especial relación con la gente y en particular, con los jóvenes, la promulgación el Catecismo de la Iglesia católica y el espíritu con el que afrontó la enfermedad sobre todo en los últimos días terrenos.

jueves, 24 de abril de 2014

Fracaso escolar


TRASTORNOS DE APRENDIZAJE ESCOLAR
 
¿QUE ES EL FRACASO ESCOLAR?
 
Lo que comúnmente se llama "fracaso escolar" es perfectamente evitable. Un detalle: No existe el "fracaso escolar del niño". El niño no tiene fracaso escolar. El niño sufre a consecuencia del "fracaso escolar", pero ni lo crea ni lo difunde, ni lo provoca. El niño se limita a sufrir las consecuencias del fracaso escolar... que no es sino el fracaso de alguna acción educativa.
El niño tendrá, muy posiblemente, una dificultad para algún tema escolar. Por ejemplo: le costará fijar la atención, o le resultará especialmente difícil el aprendizaje del cálculo.
Si en su escuela o en su casa, se dan cuenta a tiempo de que el niño tiene dificultades, podrán estudiar esas dificultades y poner en marcha las acciones necesarias para superarlas: una mayor atención sobre el niño, unas clases especiales, una adaptación de los objetivos educativos, etc.
Si nadie repara en las dificultades del niño, o si no se les da la necesaria importancia, el niño tendrá trastornos en sus aprendizajes, que, en el peor de los casos, se irán acumulando a cada curso que el niño haga. Muchas veces se habla de "fracaso escolar acumulativo".
Pero no es correcto hablar de "niños con fracaso escolar". Lo único real es que hay niños con dificultades, las cuales pueden ser muy variadas. Más adelante las repasaremos. El fracaso escolar se produce cuando algo falla en algún punto del sistema educativo, y el niño con dificultades no es ayudado para superarlas. En según qué casos, la ayuda pasará por rehacer los objetivos educativos señalados para el niño.
La culpa no es del niño. El niño es el eslabón más débil de la cadena. Primero porque es niño. Segundo porque ya hemos quedado en que es un niño que tiene dificultades. Tercero porque el niño no es un técnico ni en pedagogía, ni en psicología, ni es maestro, ni ninguno de los profesionales que, se supone, son quienes trabajan para enseñarle y conducir sus aprendizajes.
El fracaso es de alguna acción educativa que no ha orientado correctamente las dificultades del niño, ni las ha tratado con el necesario acierto.
No estamos culpando a los docentes ni a todo el sistema educativo. El fracaso escolar exige
 
a) niños con dificultades y
b) acciones educativas poco acertadas.
 
La incompetencia o el bajo acierto pueden estar en cualquier punto del sistema educativo. Desde quienes planifican la política educativa, hasta quienes se ocupan de vigilar a los niños en el patio, pasando por ministros de educación, directores generales, inspectores escolares, directores de colegio, maestros, profesores de educación especial, psicólogos, psicopedagogos, psiquiatras infantiles, equipos multiprofesionales, padres, y conserjes de los colegios.
Los docentes son la segunda pieza más débil del sistema. Están colocados en la línea de fuego y, a veces, ni se les prepara ni se les ayuda a la hora de programar los aprendizajes de sus alumnos. Es lógico que, en ocasiones, se mantengan a la defensiva cuando se sienten atacados. Vaya nuestro mayor respeto para aquellos profesionales sensatos y competentes que actúan de forma oportuna, y que solventan con acierto los problemas de sus alumnos. Siéntanse aludidos solamente los incompetentes cuando citamos erróneas organizaciones educativas.
Lo que resulta pecado mortal es cargar el mochuelo a los niños. Los niños con dificultades son la primera pieza más débil del sistema. En su infancia tienen que padecer por sus dificultades, en tanto que, cuando sean adultos, tendrán que apechugar con las consecuencias de sus malos aprendizajes.
Los niños con dificultades lo pasan mal. Especialmente si, a causa de sus dificultades, son zaheridos, humillados, castigados, reconvenidos, censurados y reñidos. Pero los niños con dificultades existen y, además no son el problema. El problema es que si no resolvemos sus dificultades les condenamos al fracaso.
Una dificultad no es problema si sabemos cómo darle solución. Un hombre perdido en un inmenso laberinto, del tamaño del desierto del Sahara pongamos por caso, puede pensar que el laberinto es un gran problema. Pero este mismo hombre, con un detallado plano del laberinto en sus manos, podrá salir de allí con relativa facilidad; el laberinto deja de ser un problema cuando tenemos el plano.
El problema no es el laberinto en sí; el problema aparece cuando no tenemos la solución adecuada. Si el hombre sin plano, enloquecido, intentara abrirse paso dando cabezazos a las sólidas paredes del laberinto, todavía tendría más problemas. Porque los problemas aumentan tanto como queramos, si, además de no tener soluciones buenas, nos empeñamos en aplicar las malas soluciones que se nos puedan ocurrir.
Volvamos al fracaso escolar. El problema no son los niños con dificultades. El problema es que alguien, en algún punto del sistema educativo, no halla la manera correcta de trabajar con dichos niños. El problema se hace inmenso cuando ese u otro alguien, en ese u otro punto del sistema educativo, imagina y pone en práctica malas "soluciones".
Si el niño no funciona, es que las soluciones que se están aplicando son malas y que quienes están trabajando con él no saben por donde van. Es probable que, con la idea de sacar al niño del laberinto, le estén lanzando de cabeza contra las paredes.
La solución buena consiste en ver qué dificultad concreta plantea un niño con trastornos de aprendizaje. Después, detectar todos los factores que intervienen en su dificultad. Y, sabiendo las implicaciones del caso, construir un programa de objetivos para ese niño, y ponerlo en práctica.
Las dificultades más frecuentes son las siguientes:
 
1. EL NIÑO QUE NO SE CONCENTRA.
El niño distraído, que se distrae, que no se concentra, y que, además, es movido, viene a ser el más frecuente "sufridor" de fracaso escolar. El trastorno que da lugar a este problema es el trastorno por déficit de atención con hiperactividad .
 
2. EL NIÑO QUE NO TIENE MOTIVACIONES
¿Cuántas veces hemos oído decir que tal o tal niño/a no está motivado para estudiar! O que no quiere estudiar, o que no le gusta estudiar... o que podría hacer más si quisiera, si pusiera de su parte.
Pocas veces nos han convencido. Si fuera un problema de voluntad, es casi seguro que todos los niños funcionarían bien. ¿A qué niño no le gusta ir bien, sacar buenas notas y obtener recompensas? No. El problema no es de voluntad, ni resolverlo está en manos del niño.
Si el niño pudiera, haría más. Si no lo hace es porque no puede. Si está desmotivado es a causa de algo. Los niños no nacen desmotivados ni motivados. El hecho de que se motiven o no depende de las enseñanzas que les inculquemos.
La motivación es aquéllo que nos impulsa a hacer cosas. Las personas hacemos las cosas para las que nos sentimos motivados. En el fondo hacemos únicamente las cosas para las que sentimos algún tipo de motivación. Incluso cosas muy desagradables, que se hacen "a la fuerza", se hacen por algún motivo (evitar un castigo, por ejemplo). Lo ideal sería que las personas, en general, pudiéramos hacer únicamente aquéllas cosas para las que tenemos un motivo agradable: obtener un beneficio, sentirnos realizados, conseguir elogios o afecto, etcétera. Hay cosas que se hacen "por fuerza", y hacer esas cosas no nos causa demasiadas satisfacciones. Es mucho mejor (y mucho más eficaz) conseguir que las personas hagan las cosas por sus valores positivos, antes que "a la fuerza", para evitar males mayores. No hay otra solución que el trabajo individual más enfocado a proporcionarles una motivación y una actitud positiva ante el trabajo, que a ampliar sus conocimientos, al menos en una primera fase.
¿Cómo conseguir esta motivación? En principio es algo fácil cuando se trabaja con los niños desde el principio, pero es más elaborado cuando se trata de "rehacer" las motivaciones de un niño o niña ya mayorcitos, y que no están acostumbrados a recoger ninguna satisfacción por su trabajo.
 
3. TRASTORNOS ESPECIFICOS DE APRENDIZAJE
El aprendizaje de la lectura es el proceso escolar más trascendente en el ciclo inicial, que cubre los dos últimos cursos preescolares, junto a 1º y 2º de EGB. Durante muchos años el diagnóstico de "dislexia" ha sido uno de los más frecuentes en niños con trastornos de aprendizaje. Más adelante, tal aprendizaje se seguirá con la escritura y con los procesos de cálculo.
 
4. EL NIÑO DEPRIMIDO
En general, en cualquier cambio a peor hay que pensar en una depresión. Por ejemplo: cuando un niño o niña que era pacífico se vuelve agresivo, o que era plácido y se vuelve angustiado, o que era bueno y se vuelve malo, o que era buen estudiante y se vuelve mal estudiante... En todos estos casos de cambios, que a veces se atribuyen a "la edad", o "al cambio", vale la pensar en la posibilidad de una depresión.
 
5. EL NIÑO QUE REPITE CURSO
Cuando el fantasma de la repetición asoma, todo el mundo se alarma. ¿Es adecuado repetir un curso? ¿En qué casos puede ser positivo y en qué casos no lo será? Intentaremos dar respuesta a estos interrogantes.
Las reglas básicas que proponemos para evaluar la repetición de curso son las siguientes:
1. La finalidad de repetir un curso es conseguir, en el año de repetición, los objetivos propios del curso que se repite. En otras palabras, como que el niño no aprendió los contenidos básicos del curso o de alguna asignatura), volveremos otro curso sobre ello, para ver si los alcanza.
Pero esto tiene solamente sentido si los fallos del niño afectan exclusivamente a contenidos del curso que va a repetir. Si un niño sufre una dislexia grave, y no se afronta este problema hasta 5º de EGB, de nada servirá repetir 5º de EGB. El fallo, viene desde 2º de EGB. En quinto no hay ninguna asignatura mediante la cual se aprenda a leer. Queremos decir con ello que lo pertinente es detectar los fallos concretos de cada niño, y resolverlos, sea en el curso que sea. Hay casos en los que, por desgracia, se habrá llegado tarde (el ejemplo expuesto es uno de ellos) y nada o casi nada va a arreglar el entuerto. Pero, como siempre, hay maneras de empeorar el problema: la repetición, sin mas, es una de ellas.
En niños mayorcitos con problemática amplia, por ejemplo con fallos acumulados desde 2º EGB, y cursando ahora 6º EGB, es mejor aconsejar que no repitan. Que acaben como puedan EGB, y que se orienten después a escuelas-taller de artes y oficios... allí donde las haya. No se gana nada haciendo repetir 6º EGB a quien tiene objetivos no asumidos desde 2º.
2. Es pertinente repetir curso en el siguiente caso: un niño que hasta este curso había ido bien y este curso ha ido mal. La repetición servirá para poner a punto los contenidos de ese curso y nada más que de ese curso, pues los anteriores ya los tenía aprendidos. De todas formas, aparte de indicar la repetición, el niño debe ser examinado por especialistas en trastornos de aprendizaje.
3. En según que casos es mejor aconsejar la repetición en un colegio distinto del actual. Ello es obligado si detectamos errores pedagógicos en dicho centro. Pero también en el caso de niños o niñas que vayan a sentirse muy frustrados al no seguir el ritmo de sus compañeros.
4. Hay que ser cuidadosos al escoger un nuevo centro. No todos tienen capacidad para trabajar con niños que tienen alguna dificultad. Es mejor hablar claro desde el principio y exponer claramente las dificultades del niño. Es vital efectuar un estudio especializado del caso para conocer el estado real del niño, y de cuáles son las mejores medidas para el futuro.
 
6. DIFICULTADES PERCEPTIVAS PERIFERICAS.
Todos hemos oído hablar acerca de niños que no avanzaban en el colegio porque tenían problemas de vista. O de niños que, teniendo problemas de oído, estos no se diagnosticaron en el momento preciso.
Ante cualquier trastorno de aprendizaje es pertinente incluir un examen visual y auditivo entre las pruebas que se hacen. Muchos pediatras, en sus consultas, tienen los instrumentos necesarios para hacer un examen orientativo.
En las "revisiones médicas" que se efectúan masivamente en los colegios se pueden obtener también indicaciones orientativas. Ante la mínima duda es necesario el examen por el médico: oculista, o bien especialista en garganta, nariz y oídos. El examen de la agudeza visual, en niños, debe hacerse por el médico. Lo mismo cabe decir del examen auditivo. Asegúrese de que efectúan las pruebas especiales que deben aplicarse en niños, distintas de las que se aplican en adultos.
La corrección óptica (gafas) y la auditiva (aparatos, reeducación, etc.) deben también ser efectuados por profesionales de solvencia.
 
7. EL NIÑO INSEGURO
Siempre que los padres me preguntan acerca de cuál es mi ideal de educación infantil, les respondo que, para mi, lo más importante es educar e instruir a los hijos para que sean autónomos, capaces de prescindir de nosotros, de resolver por sí mismos los problemas buscando por sí mismos la ayuda si es necesaria. En suma, que se sientan seguros, felices, contentos de vivir, capaces de tomar decisiones y de asumir responsabilidades.
¿Cómo se logra esto? Pues es muy sencillo: asesorando al niño para que sepa cuáles son los objetivos que debe lograr, sin ejercer un autoritarismo humillante y, sobre todo, haciendo que no se sienta culpable y que aprenda a asumir los fracasos.
Si tenemos en casa un invitado a cenar, y, en un momento dado, el invitado vuelca una copa de vino sobre el mantel, ¿qué le diríamos al invitado? Lo más probable es que dijésemos: "Tranquilo, no pasa nada, son cosas que le pasan a cualquiera, no se preocupe por favor".
Si el que vuelca la copa es un hijo, ¿Qué se le dice?
Moraleja (y es una de mis preferidas): "Tratemos a los hijos como si fueran invitados".
 
8. EL NIÑO MANIPULADOR
Una de las consultas más frecuentes de los padres se produce acerca del niño manipulador, que intenta salirse con la suya y que es capaz de montar rabietas, si conviene, para conseguir sus finalidades. Muchas veces la manipulación tiene la finalidad de evitar el esfuerzo que supone el trabajo escolar y, en este sentido, el trastorno funcional de la conducta es la dificultad concreta que creará problemas de rendimiento y, a la larga, fracaso.
 
9. El niño que no llega
Los niños con algún tipo de retraso mental no van a seguir un ritmo escolar normal. Si los niños tienen un nivel de inteligencia claramente inferior al normal es probable que se le detecte con facilidad. Pero en el caso de níveles límite, un poco por debajo del normal, la detección es más difícil.
Las pruebas de inteligencia general y de habilidades intelectuales concretas son inevitables ante el examen de cualquier niño con dificultades escolares.
 
10. Niños con signos del espectro autista
Decimos lo mismoque en el retraso mental. Un niño con muchos síntomas del espectro autista llamarámla atención y será explorado con prontitud. Pero en los casos leves, o en los subtipos más poco frecuentes, como el síndrome de Asperger, el diagnóstico puede ser tardío o pasar desapercibido.
El espectro autista debe estar entre las prioridades del psiquiatra infantil al enfocar niños con trastornos de aprendizaje.
 
¿QUIENES DETECTAN Y TRATAN TALES DIFICULTADES?
1. Los propios centros escolares son los que pueden detectar la existencia de dificultades y orientar su resolución encaminando al niño a alguno de los servicios (psicológicos, psicopedagógicos, psiquiátricos...) especializados en esas dificultades de los niños.
2. Los equipos multiprofesionales de asistencia psicopedagógica dentro de los mismos colegios, o coordinados con ellos. Por ejemplo, los EAP en las escuelas públicas, dotados con psicólogos, maestros de educación especial, logopedas y asistentes sociales. Deberían estar constituidos por personas con los conocimientos, las habilidades y las motivaciones necesarias para profundizar en las dificultades de los niños y "desmenuzarlas" en sus componentes.
También en este apartado podemos ubicar a los centros, públicos o privados, de asistencia psiquiátrica infantil, en los que también debe coordinarse la acción de diversos profesionales que sepan abarcar, entre todos, las múltiples facetas que puede tener una dificultad de aprendizaje.
3. Los docentes deben efectuar la programación concreta de los niños con dificultades, decidiendo el grado de integración en el aula normal, en el aula de educación especial y, si conviene, en el centro de educación especial que sea más pertinente.
4. Todos los que intervienen deben efectuar una constante evaluación del proceso, comprobando si se consiguen o no los objetivos concretos para cada niño, y corrigiendo los errores que se produzcan.
Cuando nos encontramos ante un niño, cualquier niño, que presenta algún trastorno de aprendizaje, cualquier trastorno, se nos tiene que encender una luz de alarma.
A veces hay trastornos transitorios de aprendizaje, bien sea porque el niño está pasando una mala época, o porque la están pasando sus profesores, o porque hay ambiente tenso en casa. Pero ante un trastorno de aprendizaje de más de 1 mes de evolución, ya debemos plantearnos la necesidad de estudiar el caso.
Recordemos nuestra definición básica:
fracaso escolar (problema a tratar) = niño con dificultades + estructuras educativas que no permiten superar las dificultades.
En otras palabras: el problema no es la dificultad; el problema es la solución.
Se deben determinar las causas de la dificultad. Evaluar la dificultad del niño pasa por ver a fondo los diferentes aspectos que, al alterarse, hacen que el niño no pueda rendir en una programación normal. Hay una serie de pasos a dar por cada una de las personas que intervienen en la acción educativa del niño. Los pasos a dar son los siguientes:
1. El docente y/o los padres, deberían ser los primeros en darse cuenta de la dificultad del niño. El docente debe evaluar el nivel escolar del niño, tanto en cuanto a habilidades instrumentales (lectura, cálculo, etc.) como a desarrollo de procesos lógicos y conocimientos propios de su nivel. Recordemos que eso es la dificultad, no el problema.
En el caso de que tal nivel esté alterado, la dificultad del niño debe ser analizada desde un punto de vista multiprofesional:
2. El médico pediatra debe explorar el estado físico del niño, y solicitar ayuda al médico neurólogo o al psiquiatra infantil si detecta algún trastorno. Lo que dichos profesionales encuentren alterado es un componente de la dificultad; no es el problema.
3. El psicólogo del colegio debe determinar el nivel de inteligencia y los factores que lo componen. Hay que hacer pruebas amplias, en exploración individual, para ver qué mecanismos el niño es capaz de poner en marcha y cuáles no. Los tests de inteligencia para aplicación individual permiten evaluar el lenguaje, aspectos psicomotrices, formación de conceptos y capacidad de concentración, así como las pautas de trabajo del niño. Las alteraciones que aquí se detecten son dificultades; no son el problema.
4. El psicólogo debe también explorar y describir la personalidad del niño, a partir de las entrevistas con los padres, cuestionarios de evaluación a padres y maestros, entrevistas con el niño, pruebas de personalidad, con especial atención a las áreas donde se detecte algún conflicto. Si lo hay, sigue sin ser el problema; es una dificultad más.
5. El equipo pedagógico, o su responsable, debe considerar todas las dificultades que se han hallado para cada caso, y ver de qué forma actúan, cada una de ellas y todas entre sí. Tendremos así bien definidas todas las dificultades. Ahora es cuando empieza la solución del problema.
¿Cuáles son los errores más frecuentes que debemos evitar? Recordemos: el problema no es la dificultad. El problema es la solución. Si la solución es mala, esto es el problema.
Se produce un error si el docente y/o los padres consideran que el niño no se esfuerza lo suficiente, porque no quiere. Sin preguntarse seriamente qué le pasa al niño, le están responsabilizando de sus malos rendimientos y le hacen sentir culpable. El niño es reconvenido a causa de sus trastornos de aprendizaje. Se le somete a mayor presión. Se le castiga si no trabaja. Se le compara con otros niños. Se le razona que si no trabaja es porque no se esfuerza. En otras palabras, no se detecta la dificultad real del niño y se pone en marcha una mala solución: presionar al niño. Esto sí que es el problema.
Se produce otro error si el médico pediatra minimiza el asunto. "Esto es evolutivo", "Ya cambiará", "Es la edad" o "Daremos unas vitaminas" son algunas de las frases que definen esta actitud. No digamos si el médico pediatra se añade al carro de las inculpaciones: "Es que este niño es muy vago, ya se sabe" o "No todos son lumbreras" son ejemplos de algunas actuaciones que no corregirán los trastornos del niño. En otras palabras, una mala solución: frivolizar el trastorno. Esto sí que es el problema.
El psiquiatra infantil puede contribuir a complicar el proceso si carga el acento en unos problemas equivocados. Si, en lugar de detectar y tratar una dislexia, por ejemplo, le organiza al niño sesiones de psicoterapia en nº de 3 por semana. Es probable que el niño quede muy psiquiátricamente tratado, pero nada nos garantiza que vaya a mejorar su eficacia lectora. En otras palabras: se puede montar un tratamiento psiquiátrico erróneo. Esto sí que es el problema.
Lo mismo que si el psicólogo yerra al diagnosticar las capacidades mentales del niño, pasando por alto un retraso de lenguaje, o un trastorno de concentración, o diagnosticando una falsa subnormalidad. El diagnóstico psicológico erróneo es un grave problema.
En otras palabras, el problema no es el niño con dificultades. Pero si algún elemento del proceso educativo (sea docente, padre, médico o psicólogo) no sabe interpretar los diferentes resultados para llegar a saber cuál es la dificultad (con lo que se confunde el enfoque a dar en cada caso), esto sí que es el problema.
Hasta ahora no hemos hecho sino definir cuáles son las dificultades del niño. Pero nuestro objetivo es que el niño aprenda a superarlas. Para eso estamos todos los que giramos alrededor del niño: para hallar una solución que corrija el resultado de sus dificultades. Porque si el niño está constituyendo un problema es que alguien, aunque sea con la mejor de las intenciones, está aplicando malas soluciones. Si las dificultades están bien definidas, si, en otras palabras, sabemos las causas del trastorno de aprendizaje que presenta el niño, de una forma casi automática tendremos la buena solución. A partir de aquí lo importante es que la planificación educativa sea lo más correcta posible.
 
¿EXISTE UNA PLANIFICACION EDUCATIVA CORRECTA?
Cualquier aprendizaje escolar, para ser pertinente, debe contemplar los siguientes factores:
1. Demandas de la sociedad. Cada sociedad concreta requerirá un sistema educativo distinto, pues las necesidades de cada sociedad son peculiares. Por ejemplo, serviría de poco crear escuelas de decoración o de alta gastronomía en zonas deprimidas de Etiopía. La planificación educativa debe apuntar, en último termino, al desarrollo de la sociedad en relación a sus recursos y problemas.
2. Definición de tareas a desempeñar. A partir de las necesidades de la sociedad deberán definirse las tareas que deben desempeñar los sujedos discentes del proceso educativo. En otras palabras: educamos, ¿para qué?. ¿Qué nos interesa que nuestros estudiantes sepan hacer después del proceso educavtivo , y que antes no sabían hacer. A partir de ahí, hay que ir fijando las tareas para cada nivel. Por ejemplo: ¿qué debe ser capaz de hacer alguien al acabar la secundaria? ¿y al acabar la primaria? ¿y al acabar el primer ciclo de la primaria?, etc.
3. Definición de objetivos educativos. Estas tareas que el estudiante debe ser capaz de hacer, constituirán los objetivos educativos escalonados (preescolar, enseñanza primaria, secundaria, bachillerato o formación profesional, carreras universitarias, estudios post-grado etc),. La definición de objetivos debe comenzar ya en las fases iniciales (pre-escolar).
Cualquier objetivo define aquéllo que el individuo es capaz de hacer después del proceso educativo, y que antes no era capaz de hacer. Por ejemplo: "El individuo debe ser capaz de resolver co- rrectamente el 100 % de raíces cuadradas que se le planteen, independientemente del nº de cifras o de los decimales".
En cambio si decimos que "el objetivo es aprender a hacer raíces cuadradas" nos estamos expresando mal, en forma excesivamente vaga. Un niño puede pasar toda la vida "aprendiendo a hacer raíces cuadradas", (y, por tanto, cumpliendo el objetivo mal formulado) sin llegar a hacer bien ninguna. Tampoco "explicar un programa" es un objetivo. Cualquier objetivo debe definirse en relación a lo que los alumnos (sujetos discentes) serán capaces de hacer gracias al sistema educativo. Por supuesto tal definición (que es impecable desde el punto e vista psicopedagógico) está mal vista por todos los malos docentes. Para éstos los objetivos son: "explicar" (para el maestro) y "estudiar" (cuando piensan en el alumno).
La realidad es que si un docente no consigue que sus alumnos alcancen los objetivos previos (lo que puede medirse mediante un sistema de evaluación de objetivos), es él (el docente) el que ha fracasado. No el alumno. En este sentido es verdad el comentario jocoso de quien oía las explicaciones de un catedrático que se jactaba de suspender al 80 % de sus alumnos: "¡Pues que mal les debe de enseñar Usted!"
Los objetivos educativos pueden ser
a) Globales o Institucionales. Por ejemplo: objetivos globales de la EGB, o de la carrera de medicina.
b) Específicos. Son los que definen paso a paso el proceso educativo. Por ejemplo: el objetivo concreto para raíces cuadradas, antes citado. Los objetivos específicos deben incluir criterios para su evaluación (en el mismo ejemplo, la precisión del 100 % de aciertos, la independencia del nº de cifras son criterios y condiciones para la evaluación).
c) Intermedios. Los que están entre los globales y los específicos. Por ej: objetivos para un curso concreto de EGB.
Para que unos objetivos funcionen deben ser:
PERTINENTES: Deben correlacionar con las demandas reales de la sociedad (ejemplo de no pertinencia: los de gastronomía en un país subdesarrollado).
CONCRETOS: Definidos en términos claros, objetivos, no sujetos a diversas interpretaciones. Los objetivos no concretos están formulados con palabras vagas. Ej: "Objetivo: saber una lección" (¿qué quiere decir "saber"? ¿saber de memoria, ser capaz de repetirla textualmente, contestar 10 preguntas acerca de contenidos básicos, responder el 60 % de preguntas en un examen de elección múltiple, recitar sus conceptos básicos aunque no textualmente, etc.?
REALIZABLES: El estudiante debe poder hacer lo que se le pide, en forma efectiva. Ejemplo de objetivos irrealizables:leer correctamente para niños de 2 1/2 años, habida cuenta que la inmensa mayor parte de los niños no tienen el suficiente desarrollo madurativo que permitirá el aprendizaje de la lectura.
OBSERVABLES: Si el logro del objetivo no pudiera observarse, no se podría determinar si ha sido o no alcanzado.
MENSURABLES: A veces oímos decir: "Lo que yo enseño es muy abstracto, no tiene una definición precisa, no puede medirse". Pero cualquier medida, aunque grosera, es mejor que ninguna. Algunos docentes creen que el objetivo ha sido logrado cuando ellos han impartido la enseñanza, y que si los alumnos suspenden es porque son borricos. La triste realidad es que el objetivo se consigue cuando todos los alumnos han llegado a demostrar que lo tienen superado. Si no se puede medir mal podrá nadie demostrar nada. A continuación de la definición de objetivos, el equipo docente debe programar las actividades que permitirán llegar a dichos objetivos, y definir los sistemas de evaluación que servirá para determinar si el sistema es correcto para alcanzar los objetivos o no, y en este caso, dónde están los fallos y cuáles son las correcciones necesarias.
Un detalle: cuánto estamos diciendo se imparte como asignatura en las carreras de Psicología, Pedagogía y Profesorado de EGB. Nos tememos que en tales carreras es una asignatura opcional, y/o que aún tratando de programación, no está bien programada.
Otro detalle: Las escuelas se encuentran con el trabajo más complejo ya efectuado. Los ministerios o entidades autonómicas pertinentes facilitan a todas las escuelas públicas, y a las privadas que lo soliciten, los volúmenes donde consta la programación curso por curso y materia por materia, tanto en cuanto a objetivos como a actividades y sistemas de evaluación.
Hay colegios donde no se sigue una programación por objetivos, y con eso ya está todo dicho. Los exámenes se siguen haciendo no como un modo de evaluar los objetivos del sistema docente, sino como un "gálibo" para medir la capacidad de trabajo de los niños (y la paciencia de los padres). El "fracaso escolar" (que debería considerarse como el fracaso del proceso educativo) se convierte en una lacra para el niño ("este niño tiene fracaso escolar"), y se admiten cifras del 30 % y hasta del 80 % de fracaso escolar, según niveles y áreas geográficas. Colegios "de alto nivel de exigencia" presumen de preparar bien a los niños y se enorgullecen al decir que "en tal o tal centro termina el COU solamente el 5 % de los que empezaron EGB" (esta cifra es real; conozco al menos dos colegios concretos de Barcelona que la emplean como bandera).
Si a un pediatra se le murieran el 80 % de niños que trata, lo más probable es que acabara en los tribunales. Pero a un docente que logra que le fracasen el 80 % de los niños, se le compadece por haber de sufrir tantos niños con fracaso escolar.
 
¿QUE HAY QUE EVALUAR ANTE UN TRASTORNO DE APRENDIZAJE?
Ya hemos visto que el trastorno global de aprendizaje escolar no constituye una entidad nosológica. Es un síntoma que aparece en el curso de varios de los cuadros clínicos que venimos exponiendo, y otras veces sin cuadro clínico. Es un problema que requiere un enfoque múltiple, y debe ser efectuado en servicios o centros de psiquiatría infantil, que cuenten con psicólogos y psicopedagogos. La conducta adecuada ante la consulta por trastorno escolar global consiste en examinar la dificultad propia de cada niño.