Para la Iglesia, la reforma judicial “viola el sistema republicano y democrático”
Por Sergio Rubín
La Pastoral Social lamentó “la rapidez legislativa”. Recordó que el Papa advirtió sobre el riesgo de “encerrarse en su propio mundo”.
Avance del Gobierno sobre la Justicia
26/04/13
La Iglesia profundizó ayer sus críticas a la reforma judicial que el oficialismo impulsa con trámite exprés, pese al rechazo del arco opositor y de casi todas las asociaciones de magistrados y abogados. Luego de que en la madrugada, en una bochornosa sesión, la Cámara de Diputados diera media sanción a la elección popular de parte de los miembros del Consejo de la Magistratura, el presidente de la Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, no sólo lamentó la rapidez legislativa, en línea con la posición de todos obispos, quienes consideran que la cuestión exige un minucioso y sereno debate.
Consideró que la reforma “viola el sistema republicano”.
“Es una pena que normas tan importantes para la república no cuenten con el debate suficiente, no sólo en el Congreso, sino de la ciudadanía y de los ámbitos académicos, para poder tener un mayor consenso y convicción de que el camino es el correcto, y no producto de algo tan apresurado”, dijo Lozano. El obispo dio a entender que las acechanzas a la independencia del poder Judicial no son nuevas, sino que durante el gobierno de Carlos Menem también las hubo y obligaron a los obispos a emitir un documento advirtiendo sobre los riesgos que se cernían. “Esto es algo que cada tanto aparece y viola el sistema democrático y republicano tal cual está planteado en la Constitución ”, completó.
Los obispos pidieron la semana pasada que los legisladores se tomaran el tiempo necesario para analizar los cambios porque éstos “requieren de amplias consultas, debates y consensos previos en consonancia con la magnitud de los cambios propuestos”. Y advirtieron: “Entendemos que un tratamiento apresurado de reformas tan significativas corre el riesgo de debilitar la democracia republicana consagrada en nuestra Constitución, precisamente en una de sus dimensiones esenciales, como es la autonomía de sus tres poderes”.
El Gobierno desoyó el llamado de la Iglesia como el de otros sectores en el mismo sentido. Sin embargo, el hecho de que no haya escuchado a los obispos se da de patadas con su empeño en mejorar su complicada relación con la Iglesia, tras la elección de Jorge Bergoglio como Papa. De hecho, la presidenta recibió la semana pasada al sucesor de Bergoglio en Buenos Aires, monseñor Mario Poli, y envió el sábado a casi todo su gabinete a su asunción en la Plaza de Mayo.
En diálogo con radio Continental, sugestivamente, Lozano apeló ayer al propio Papa ante la premura del Gobierno. Dijo que Francisco “nos advierte” sobre los problemas que plantea “estar encerrados en el propio mundo”. Y recordó hay preocupación por “las situaciones de crispación que dificultan llegar a consensos o decisiones aun con disenso, pero en un clima de mayor cordialidad”.
Sigamos siempre las advertencias de la Iglesia, ante decisiones apresuradas y maliciosas que no permiten el consenso cordial y equitativo de los ciudadanos. Que Dios, una vez más, interceda y nos proteja ante este nuevo avasallamiento.
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