Miedo al ridículo: ¿Cuándo comenzamos a sentirlo?
Temen mostrar a los demás algo que no les gusta de sí mismos, temen el qué dirán y sobre todo
que se produzca una situación de descontrol que pueda provocar la risa de los demás. Esa situación
de descontrol se puede producir en situaciones en las que se liberan tensiones no percibidas
conscientemente e incluso, problemas que la persona haya negado que pudieran afectarle.
que se produzca una situación de descontrol que pueda provocar la risa de los demás. Esa situación
de descontrol se puede producir en situaciones en las que se liberan tensiones no percibidas
conscientemente e incluso, problemas que la persona haya negado que pudieran afectarle.
Como ejemplo, podríamos presentar el caso de un conferenciante que tropieza y cae en las escaleras,
a causa de su miedo y su temor de no hablar bien ante el público. Detrás del miedo exagerado al ridícu-
lo habría que buscar razones psicológicas, que se relacionan con la falta de autoestima y en gran me-
dida en una falta de afecto o una educación demasiado rígida de los afectos y la conducta. Se temen
las situaciones en las que el sujeto puede ser objeto de burla o ser rechazado por los demás. Esto se
lo habría que buscar razones psicológicas, que se relacionan con la falta de autoestima y en gran me-
dida en una falta de afecto o una educación demasiado rígida de los afectos y la conducta. Se temen
las situaciones en las que el sujeto puede ser objeto de burla o ser rechazado por los demás. Esto se
proyecta en una exigencia de corrección exagerada, sobre uno mismo, y una intolerancia severa, ante
los errores ajenos.
Podemos evitar el miedo excesivo al ridículo si aprendemos a reírnos de lo que nos haya podido ocu-
rrir, a reírnos con los demás si la situación les produce risa, todos solemos reírnos con naturalidad
Podemos evitar el miedo excesivo al ridículo si aprendemos a reírnos de lo que nos haya podido ocu-
rrir, a reírnos con los demás si la situación les produce risa, todos solemos reírnos con naturalidad
ante las desgracias ajenas. Debemos aprender a des dramatizar la situación, todos hemos metido la
pata alguna vez. Incluso podemos aprender estrategias para actuar cuando alguna situación nos pueda
pata alguna vez. Incluso podemos aprender estrategias para actuar cuando alguna situación nos pueda
dejar en ridículo. Dependiendo de la intensidad, el miedo a ser juzgado de forma negativa, lleva un
proceso de superación, que será más o menos corto, pero se puede vencer con unas buenas dosis de
sentido del humor.
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