El divino descanso
La falta de horas de sueño impacta profunda y directamente en nuestro desempeño diario. El poder de las power naps y cómo dormir reduce el estrés, fija lo aprendido y nos prepara para la próxima jornada
"Los argentinos dormimos dos horas menos que hace 40 años, con un promedio de 5,8 horas, y aunque es una función esencial tanto física como mental se la subestima", explica Daniel Vigo, especialista en trastornos de sueño e investigador de la UCA y el Conicet. El sueño está compuesto de dos etapas que se alternan durante la noche. REM, o de movimientos oculares rápidos, con actividad cerebral similar al estado de vigilia y con sueños de mayor intensidad, y no REM, donde ocurre el llamado sueño profundo. "El sueño profundo es la contraparte de la etapa de alto consumo energético de la vigilia y por ello es de extrema importancia", completa Vigo. En el adulto, en unas 8 horas de descanso ocurren 4 a 5 ciclos de unos 90 a 120 minutos.
Mirta Averbuch, jefa de la Unidad de Medicina del Sueño del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, describe: "El sueño no REM predomina en la primera mitad de la noche, se ocupa de la recuperación física y ayuda a descender el cortisol, la hormona generada por el estrés. Las personas con problemas de insomnio no logran bajar sus niveles de cortisol y esto trae irritabilidad y hasta depresión".
El sueño REM predomina desde las 3.30 am. "Esta etapa es muy importante para la fijación de contenidos, el aprendizaje, la memoria y la mejora de la productividad en general", enumera Averbuch. Es cuando el cerebro selecciona entre lo que descartará y lo que le sirve para la próxima jornada. Si al día siguiente necesitamos estar con todas las luces para una presentación ante un cliente o rendir un examen, es necesario dormir ambas fases. Modificar el hábito de déficit de sueño no es nada fácil. Suele requerir nuevos contratos familiares y una ingeniería compleja. Los expertos aconsejan robar algunos minutos por día. Por ejemplo, adelantar 30 minutos el descanso nocturno o demorar el salto de la cama por la mañana. Ayuda dejar los teléfonos y las computadoras cargando en otra habitación.
Otro gran aliado en esta batalla son las power naps, algo así como minisiestas que pueden durar entre cinco y 30 minutos. "Somos el único mamífero que pasa 18 horas sin tomar pequeños descansos. Una siesta de 15 minutos sentados, en la oficina, o apenas recostados triplica nuestra productividad para el resto del día", dice Averbuch. Existen apps que ayudan a aprovechar los minidescansos. Power nap es gratuita, funciona para Android e iOS para siestas de cinco minutos a una hora. Durante el tiempo elegido suena una melodía suave y cuando se cumple el tiempo un sonido de agua y un trinar de pajaritos avisan que es hora de volver al ruedo. Sleep Cycle y Siesta app son otras opciones más parecidas a una alarma convencional.
No sé a ustedes, pero a mí me convencieron: acabo de modificar la hora de la alarma del teléfono. Sólo me queda respirar hondo, tomar coraje y dejar el teléfono (y sus irresistibles notificaciones) lejos de mi mesa de noche..
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