Que la timidez genera problemas de ansiedad es algo que saben bien las personas tímidas. Sudores, nervios, rubor y taquicardia son síntomas de esa ansiedad que no puedes evitar y que se recrudecen cuando piensas que los demás lo están notando. Empieza a trabajar ya en tu desarrollo personal porque la timidez se puede vencer, solo tienes que proponértelo.
La timidez provoca ansiedad
Una de las consecuencias de la timidez es la ansiedad. Las personas tímidas empiezan a sentir un nerviosismo inevitable, ciertos temblores, pueden llegar a tartamudear, no saben qué hacer con las manos ni hacia dónde mirar. La ansiedad avanza cuando empiezan los sudores, el rubor y la taquicardia, síntomas de que esa situación social en concreto se les ha escapado de su control.
Uno de los peores errores que cometen las personas tímidas es esa ansiedad anticipatoria a cualquier evento. Esa idea preconcebida de que van a hacer el ridículo cuando les presenten a una persona, cuando tengan que levantarse para hablar en público o cuando tengan la necesidad de defender sus derechos. Porque si piensas que te vas a poner nerviosa, los nervios aparecerán con toda seguridad.
Existen técnicas para aprender a superar la ansiedad provocada por la timidez. Todas ellas pasan por experimentar con las situaciones más temidas, por enfrentarse a la timidez de forma progresiva, con personas de confianza y en un entorno bien conocido. Poco a poco, la dificultad aumenta y con ella el atrevimiento de la persona tímida para lanzarse a situaciones que no tiene bajo control.
La premisa principal para superar este tipo de ansiedad producida por la timidez es relativizar el sentimiento de vergüenza que produce sonrojarse en público o tartamudear o notar cómo tiemblan las manos. El resto del mundo no está tan pendiente de las reacciones físicas o de los síntomas de ansiedad como la persona tímida cree. Y muchas veces, la única persona que percibe el nerviosismo es ella misma.
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