¿Es la timidez un defecto o una virtud?
Aunque nuestro propósito viene siendo lograr vencer la timidez, hay personas que se niegan a dejar de ser tímidas. No porque crean que es demasiado difícil superar la timidez, ni porque piensen que no lo van a conseguir, sino porque hay personas que consideran la timidez una virtud. En esta ocasión analizamos los pros y los contras de la timidez.
La timidez como defecto: desventajas de ser tímida
Conocemos de sobra las consecuencias negativas de la timidez en todos los ámbitos de la vida. La timidez nos paraliza, nos aísla y nos hace sentir inferiores. Desde este punto de vista la timidez es un grave defecto de la personalidad que debemos tratar de superar para poder disfrutar más de los encuentros sociales y de la vida en general.
La timidez está estrechamente ligada a problemas emocionales, a la baja autoestima, a la ansiedad y a veces también a la depresión. Es por tanto, un rasgo del carácter bastante peligroso que debemos aprender a neutralizar. No se trata de dejar de ser tímidas para caer mejor a los demás, sino de dejar de ser tan tímidas para vivir con naturalidad cualquier situación.
La timidez como virtud: ventajas de ser tímida
Sin embargo, hay quien piensa que la timidez es una virtud y está llena de ventajas. Lógicamente se trata de esas personas que no sufren una timidez patológica, sino un carácter tímido o socialmente inhibido. Estas personas moderadamente tímidas disfrutan de su timidez porque les permite pasar más tiempo consigo mismas, escucharse más a ellas que a los demás y poder así conocerse mejor.
Las personas tímidas también suelen ser calificadas de buenos amigos por ese rasgo que les hace escuchar más que hablar. También por su actitud pausada y tranquila cuando están con gente de confianza, algo que inspira un gran sosiego. Y sin duda, la mayor ventaja de la timidez es ese halo de misterio que rodea a la persona tímida, poco habladora, guardiana de grandes secretos aún por descubrir.
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