"Sarmiento buitre, Rivadavia ladrón"
Por: Sergio Bufano
Recientemente, mi amiga S. le preguntó a su nieta de once años cómo andaba en la escuela.
La muchachita le relató que tenía buenas notas y que le gustaba estudiar. Entusiasmada,
la abuela orgullosa recorrió con ella las distintas materias que enseñaban en su escuela
y finalmente la conversación derivó hacia Historia Argentina. En ese momento, la niña
afirmó con absoluta convicción que "Sarmiento viajó a Estados Unidos para transar con los
fondos buitres".
La muchachita le relató que tenía buenas notas y que le gustaba estudiar. Entusiasmada,
la abuela orgullosa recorrió con ella las distintas materias que enseñaban en su escuela
y finalmente la conversación derivó hacia Historia Argentina. En ese momento, la niña
afirmó con absoluta convicción que "Sarmiento viajó a Estados Unidos para transar con los
fondos buitres".
Como es de esperar, la abuela quedó atónita. Necesitó unos minutos para reponerse de
su asombro y preguntó entonces quién le había contado eso. "La maestra", respondió la
niña. Cautelosa, con su mejor tono didáctico, intentó contarle que Sarmiento viajó a Estados
Unidos y trajo a varias maestras a la Argentina, con la intención de promover la educación.
Además, dijo observando cuidadosamente la reacción de su nieta, en aquel entonces los
fondos buitres no existían.
su asombro y preguntó entonces quién le había contado eso. "La maestra", respondió la
niña. Cautelosa, con su mejor tono didáctico, intentó contarle que Sarmiento viajó a Estados
Unidos y trajo a varias maestras a la Argentina, con la intención de promover la educación.
Además, dijo observando cuidadosamente la reacción de su nieta, en aquel entonces los
fondos buitres no existían.
Mi amiga me cuenta que la muchacha la miró piadosamente; y en sus ojos adivinó su
pensamiento: "estos viejos no saben nada de Historia". Cómo podía ser que esta anciana
se atreviera a contradecir la palabra pronunciada por una maestra de la escuela pública.
Entre las dos versiones, la nena ya había elegido la voz oficial. La voz sustentada por
el Estado, y por lo tanto, la única verdadera.
pensamiento: "estos viejos no saben nada de Historia". Cómo podía ser que esta anciana
se atreviera a contradecir la palabra pronunciada por una maestra de la escuela pública.
Entre las dos versiones, la nena ya había elegido la voz oficial. La voz sustentada por
el Estado, y por lo tanto, la única verdadera.
La conversación languidecía por el desconcierto de la abuela, perpleja y sin respuestas,
cuando para confirmar que Sarmiento era un personaje deleznable, su nieta agregó que
"a él no le gustaban los niños. No los quería".
cuando para confirmar que Sarmiento era un personaje deleznable, su nieta agregó que
"a él no le gustaban los niños. No los quería".
Tengo absoluta confianza en mi amiga S. pero confieso que hubiera dudado de esta historia
si no fuera porque un par de años atrás visité el Museo del Bicentenario ubicado a espaldas
de la Casa Rosada. Allí encontré el escritorio de Sarmiento, un hermoso mueble tallado en
madera. Junto a él, un cartel explicaba que el prócer había importado ese escritorio
desde Estados Unidos "confirmando sus preferencias por productos extranjeros y
desdeñando a los artesanos argentinos".
si no fuera porque un par de años atrás visité el Museo del Bicentenario ubicado a espaldas
de la Casa Rosada. Allí encontré el escritorio de Sarmiento, un hermoso mueble tallado en
madera. Junto a él, un cartel explicaba que el prócer había importado ese escritorio
desde Estados Unidos "confirmando sus preferencias por productos extranjeros y
desdeñando a los artesanos argentinos".
Sin saber a quién dirigirme para protestar, desalentado y escéptico, preferí refugiarme en el
silencio y caminé hasta el bar más cercano para tomar un café. Y una ginebra. Dicen que el
alcohol ahoga las decepciones. Pero es probable que alguien más valiente que yo haya
elevado su indignación ya que, afortunadamente, ese cartel fue modificado por otro más
"objetivo".
silencio y caminé hasta el bar más cercano para tomar un café. Y una ginebra. Dicen que el
alcohol ahoga las decepciones. Pero es probable que alguien más valiente que yo haya
elevado su indignación ya que, afortunadamente, ese cartel fue modificado por otro más
"objetivo".
La anécdota de mi amiga con su nieta trajo a mi memoria una carta de lectores publicada en
Clarín en junio de 2014 y firmada por Camila Perochena en donde explicaba que el guía de
dicho museo afirmó ante un grupo de niños: "Esta no es la silla original de Rivadavia, porque
él se robó todo y se llevó la silla a su casa".Refiriéndose a la generación del 80, ese guía
afirmó que en esa época los argentinos no tenían "derechos, ni obra social, ni
asignación
universal por hijo". La autora de esa denuncia, también más valiente que yo, concluía
irónicamente que tampoco tenían computadoras ni Fútbol para Todos.
Clarín en junio de 2014 y firmada por Camila Perochena en donde explicaba que el guía de
dicho museo afirmó ante un grupo de niños: "Esta no es la silla original de Rivadavia, porque
él se robó todo y se llevó la silla a su casa".Refiriéndose a la generación del 80, ese guía
afirmó que en esa época los argentinos no tenían "derechos, ni obra social, ni
asignación
universal por hijo". La autora de esa denuncia, también más valiente que yo, concluía
irónicamente que tampoco tenían computadoras ni Fútbol para Todos.
Recordé entonces a los Pioneros Vladimir Lenin, organización creada en 1922 en la Unión
Soviética. Los niños llevaban un pañuelo rojo en el cuello y recibían una implacable
propaganda
que se introducía en sus inocentes cabecitas. A veces confusas porque el hasta ayer
glorioso
jefe del Ejército Rojo, León Trotzky, se convertía en un miserable traidor. Y el adorado
Lunacharsky desaparecía de fotografías a pesar de que todavía no se conocía el
Photoshop.
Soviética. Los niños llevaban un pañuelo rojo en el cuello y recibían una implacable
propaganda
que se introducía en sus inocentes cabecitas. A veces confusas porque el hasta ayer
glorioso
jefe del Ejército Rojo, León Trotzky, se convertía en un miserable traidor. Y el adorado
Lunacharsky desaparecía de fotografías a pesar de que todavía no se conocía el
Photoshop.
¿Qué le están enseñando a los chicos en las escuelas argentinas? Si Sarmiento era
un socio de los buitres norteamericanos, Rivadavia un ladrón y Rosas el adalid de las
libertades y de la educación, vamos a tener un problema en los próximos años porque
los adultos del futuro serán unos reverendos idiotas
un socio de los buitres norteamericanos, Rivadavia un ladrón y Rosas el adalid de las
libertades y de la educación, vamos a tener un problema en los próximos años porque
los adultos del futuro serán unos reverendos idiotas
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