Cuando el arte ayuda a cerrar la grieta.
La historia de San Francisco de Asís es tal vez una de las más conocidas del catolicismo, por sus enseñanzas y mensaje. El joven hijo de un comerciante de telas que al regreso de la guerra abandona la fortuna familiar y abraza la obediencia y la pobreza allá por el SXIII ha servido hasta hoy de ejemplo en valores y virtudes.
Recientemente la obra de autoría de Alejandro Roemmers, escritor que durante años a través de obras como "El Regreso del Joven Príncipe" viene dando mensajes de esperanza, en esta oportunidad claramente ha buscado hacer un aporte para cerrar la grieta que dejaron 12 años de división, fanatismo y antagonismo.
La Argentina se ha debatido desde hace muchos años entre la "libertad" del liberalismo y la "igualdad" utópica de las izquierdas más o menos violentas o democráticas. De las tres palabras que hizo célebre la revolución francesa hay una que no se ha intentado y es la que propone el autor de FRANCISCUS en línea con la prédica de San Francisco de Asís asumida junto con su nombre por nuestro Papa: la "fraternidad".
La humildad, la bondad, el servicio al prójimo y en el sentido más amplio el amor por todos los seres vivientes son los valores de la cruzada espiritual franciscana y debieran poder ser compartidos por todas las personas de bien cuáles quiera sean sus creencias religiosas y afinidades políticas. Solo con ellas se podrá consolidar una sociedad más justa pero a la vez más compasiva, solidaria y progresista.
Esta es una de las oportunidades en que el arte ciertamente cumple una misión inspiradora, y ello nos mueve a destacar este espectáculo. En días donde hay funcionarios rindiendo cuentas ante la justicia es bueno que haya quienes se esmeran en recordarnos que siempre podemos hacer las cosas de la mejor manera.
La historia de San Francisco de Asís es tal vez una de las más conocidas del catolicismo, por sus enseñanzas y mensaje. El joven hijo de un comerciante de telas que al regreso de la guerra abandona la fortuna familiar y abraza la obediencia y la pobreza allá por el SXIII ha servido hasta hoy de ejemplo en valores y virtudes.
Recientemente la obra de autoría de Alejandro Roemmers, escritor que durante años a través de obras como "El Regreso del Joven Príncipe" viene dando mensajes de esperanza, en esta oportunidad claramente ha buscado hacer un aporte para cerrar la grieta que dejaron 12 años de división, fanatismo y antagonismo.
La Argentina se ha debatido desde hace muchos años entre la "libertad" del liberalismo y la "igualdad" utópica de las izquierdas más o menos violentas o democráticas. De las tres palabras que hizo célebre la revolución francesa hay una que no se ha intentado y es la que propone el autor de FRANCISCUS en línea con la prédica de San Francisco de Asís asumida junto con su nombre por nuestro Papa: la "fraternidad".
La humildad, la bondad, el servicio al prójimo y en el sentido más amplio el amor por todos los seres vivientes son los valores de la cruzada espiritual franciscana y debieran poder ser compartidos por todas las personas de bien cuáles quiera sean sus creencias religiosas y afinidades políticas. Solo con ellas se podrá consolidar una sociedad más justa pero a la vez más compasiva, solidaria y progresista.
Esta es una de las oportunidades en que el arte ciertamente cumple una misión inspiradora, y ello nos mueve a destacar este espectáculo. En días donde hay funcionarios rindiendo cuentas ante la justicia es bueno que haya quienes se esmeran en recordarnos que siempre podemos hacer las cosas de la mejor manera.
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