El ámbito natural para el hombre es la familia, es como el agua para el pez. El pez necesita del agua para vivir y moverse. El ser humano necesita del ámbito familiar para vivir y para moverse.
Cuando a un pez lo sacan del agua salta de un lado para el otro, tiene vida y parecería que tiene una vitalidad impresionante, pero en realidad está desesperado tratando de buscar algo, el agua, que le permita vivir.
El hombre fuera del ámbito familiar anda también a los saltos, pasa de una actividad a otra, porque le falta el ámbito vital, en el que pueda moverse con tranquilidad. En ese buscar la vida, muchas veces cae en distintas experiencias que le prometen una vida plena pero que lo llevan por un mal camino. Así cae en la droga, el alcohol, la adicción al juego, una vida sin responsabilidad.
El hombre necesita vínculos sociales sanos. El primer vínculo es la familia. Hoy están enfermos o rotos los vínculos. La familia está cuestionada, parece que no hay tiempo para las relaciones familiares.
Los padres tienen otras opciones que pasan por el trabajo, el deporte, un verdadero culto al cuerpo y a la belleza que lleva mucho tiempo y dinero. Además los padres están desubicados en la relación con los hijos, no saben si ponerles límites o si dejarlos hacer lo que quieran. Como consecuencia los hijos están desubicados y también cargados de cosas.
Si están con la familia se aburren y entonces se centran en las actividades, las redes sociales que cada vez ocupan más a los chicos, de una manera especial en nuestro país.
La escuela está cuestionada y en lugar de reconocer y ayudar la labor de la escuela, se le exige lo que la familia no es capaz y no está capacitada para dar.
Así el hombre ha perdido los vínculos que le permiten forjar su identidad, descubrirse como ser humano con todos sus valores. Ha perdido esos vínculos, sin encontrar el camino para llevar una vida en paz.
A diario se repiten frases como "La familia está en crisis", "el matrimonio está en crisis".
Las crisis aparecen en todos los aspectos de la vida humana : aparecen en un estudiante, en un deportista, en un trabajador, en un creyente, y también en un esposo y en una esposa. Pero, ¿ se forman como esposos y padres para educar a sus hijos y para dar respuesta a los nuevos interrogantes y situaciones que surgen ?
Es verdad que la familia tiene problemas, pero es imposible negar que el amor y la unidad de la familia son el ámbito no sólo para enfrentar los problemas sino en que, incluso, los problemas, sufrimientos y angustias se convierten en una ocasión de amor.
Por eso, tenemos que aprender a prestarle tiempo y atención al matrimonio y a la familia.
"A una familia vigorosa, corresponderá una nación vigorosa. A una familia debilitada, corresponderá una nación empobrecida". " No tendremos un mundo mejor sin una familia mejor".
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