Si bien la tecnología se ha constituído en un eficaz instrumento cuando se trata de las comunicaciones, creo también que la presencia física es indispensable para un mejor conocimiento entre los interlocutores. La convivencia con otros individuos de la misma especie, hace que el hombre sea un ser social. Al ser social y gregario, el hombre disfruta en compañía de sus congéneres y necesita ese contacto para sentirse valorado y contenido.
Si bien la necesidad que siente el hombre de integrarse en sociedad es algo instintivo, convivir con otros no es una tarea sencilla, pues implica la tolerancia de distintas maneras de ser, puntos de vista y estilos de vida.
Las distintas formas de comunicación facilitan y refuerzan las relaciones de los individuos en sociedad y funcionan como canales de comprensión mutua. Pero con ello no basta : es necesario organizar una sociedad, conservar el orden en ella y asegurar el respeto mutuo entre sus miembros mediante diversos principios y normas.
La sociedad es el conjunto de individuos que se vinculan por un sistema de relaciones con el objeto de alcanzar los diversos fines de la vida, mdiante la cooperación mutua. En el siglo IV a.C., Aristóteles definió al hombre como un animal político, es decir, un ser que sólo podía vivir en la polis (ciudad griega) o, expresado de manera más general, en comunidad.
Es por eso que debemos conservar una sana comunicación dentro de la familia, en nuestro trabajo, o bien con nuestros pares y amigos , intercambiando ideas con tolerancia y comprensión.
La tecnología ha logrado muchos beneficios en las comunicaciones por la velocidad en su difusión, pero paralelamente debemos mantener la presencia física, con una actitud dinámica y participativa para una comunicación más eficaz y fructífera en las relaciones diarias.