En este tercer milenio tendremos que asumir nuevas responsabilidades, si queremos mantener estándares elementales de calidad de vida.
Palabras como : biodiversidad, ecosistema, uso sostenible, biotecnología, impacto ambiental, desarrollo sostenible, educación ambiental, producción ecológica, serán familiares y cotidianas en lo que acompañará al hombre del próximo siglo.
En el mundo globalizado, surge la necesidad de otorgar una nueva dimensión a las responsabilidades interjurisdiccionales, que respondan más a la armonización de la geografía, que a lo coyuntural político.
La autoridad de los países irá creciendo en asumir la responsabilidad indelegable de sus espacios, en el nuevo contexto de ecosistemas y complementaciones.
El artículo 41 de nuestra Constitución Nacional, precisa que todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponerlo, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y a la diversidad biológica (biodiversidad), y a la información y educación ambiental.
El cuidado de los eslabones (genes) que le dan asociación y vida a nuestra diversidad, hará perdurable el potencial de nuestro patrimonio.
Convivir en un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano sin generar daño ni comprometer el ecosistema en el que vivirán las generaciones futuras, es el compromiso de todos los que habitamos en este mundo. Las generaciones venideras, nos lo agradecerán.
"La educación ocupa un lugar preponderante en el cuidado del medio ambiente"
"La educación ocupa un lugar preponderante en el cuidado del medio ambiente"
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