La falta de autoridad de los padres sobre los hijos y el papel que deben ocupar los docentes frente a ese vacío preocupan a los especialistas en educación. Consideran que dar a elegir todo a los niños es una manera de abandonarlos frente a decisiones que los exceden, algo que perjudica mucho su aprendizaje y formación.
En el 5º Encuentro Internacional de Educación Inicial, el tema central fue la falta de límites a la que muchas veces exponen los padres a sus hijos. "Dar a elegir todo a los niños es igual a abandonarlos", señaló la pedagoga española Mari Carmen Diez Navarro. Es una constante en el último tiempo que muchos padres otorguen a sus hijos ciertas "libertades", poder de decisión sobre todo o casi todo lo que hacen los más chicos.
"Buscando el bien del chico el adulto dice ‘que elija él’ o, como está de moda ahora, ‘que se autorregule’. Se le dice: ‘Si quieres comer, come’ o ‘Si quieres acostarte, hazlo, y si no, quédate levantado’. Así, están saliendo niños que tienen problemas para alimentarse y para dormir, y para aceptar la frustración. Es como si hubiésemos puesto una bandera que indica que la frustración es lo peor de esta vida. Pero la frustración es parte de la vida”, dijo la especialista al diario La Nación.
“Es una pérdida. Lo que está pasando es peligroso. Vemos que los niños siguen teniendo los mismos impulsos, la misma curiosidad, pero ahora están como más ‘malvados’ por decir así, por haberlos puesto en un sitio que no es el suyo y porque el adulto se ha retirado”, concluyó.
Diez Navarro recomienda “enseñarles a tener límites” para su propio beneficio: “Es un favor que les hacemos porque cuando crezcan y salgan a la calle nadie les dejará que hagan lo que quieran. Este es de los problemas más serios que hay ahora porque el niño está confundido”.
Según Navarro, no aplicar la autoridad paternal sobre el chico resulta dañino para él. “Si porque quieres mucho a tu hijo de dos años lo dejas decidir cuándo y qué comer, lo estás abandonando y lo estás dejando solo con decisiones muy grandes para él”, añadió.
“Si el niño tiene límites definidos se dedica a aprender, a jugar, a estar con amigos. Si tiene algo poco claro, repite el comportamiento mil veces. Son estos niños que se suben arriba de la mesa, por ejemplo, cuando están con la maestra y entran los padres, para ver quién manda más”.
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