En estos últimos tiempos, hemos recibido noticias, sobre las dificultades económicas que atraviesan algunas provincias de nuestra Argentina. De acuerdo a los últimos datos obtenidos, podemos afirmar que esta situación afecta los derechos de las familias y de los trabajadores, en cuanto a la educación.
En concreto, los colegios privados que reciben ayuda del estado, entre ellos los colegios parroquiales de la Pcia. de Buenos Aires, se ven en problemas dada la disminución de ese aporte.
Es decir, que las familias que han decidido que sus hijos sean educados en colegios religiosos o con determinadas características, tendrán que "resignarse" a los cambios que puedan producirse, con el fin de afrontar las dificultades. Creemos que este recorte tiene graves consecuencias sobre la libertad de elegir una educación determinada.
Todo conlleva a que los argentinos "nos resignemos"... ¿Cómo no robar en medio de la corrupción generalizada ? ¿Cómo ser fiel en medio de la infidelidad promocionada ? ¿Cómo optar por la solidaridad, la incomodidad, el sacrificio a favor del prójimo en medio de una sociedad plagada de tentaciones y ofrecimientos ?
El slogan "la vida es muy dura, debemos disfrutar el hoy", nos hace dueños y merecedores de todo lo que está a nuestro alcance, sin considerar consecuencias futuras.
Pero ¿qué herencia vamos a dejarle a nuestros hijos? Quizá la respuesta radique en el seno de nuestro hogar. En los valores con que fuimos criados. En los valores que compartimos día a día. En cada elección que la misma vida nos empuje a realizar.
Es por eso, que hoy más que nunca, urge la necesidad de la unión familiar; dejarle a nuestros hijos la herencia de los valores compartidos.
Los niños nos observan e imitan día a día. Llevan el sello de lo que les inculcamos en el hogar.
Evangelizar en nuestra familia es dar el ejemplo. Quizá si optamos por la costumbre de "rezar en familia" estaremos preparando el clima especial para que los niños adopten los valores que les inspiren buenas elecciones de vida.
No esperemos el cambio, seamos nosotros los promotores del "gran cambio".
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