Daniela Jerez
A lo largo de la historia la Iglesia católica ha sufrido embates y ataques por parte de diversos grupos, como en su momento ocurrió con el comunismo. Sin embargo, en pleno siglo XXI en una era donde los modelos políticos democráticos sobresalen, la institución enfrenta los ataques de una intensa guerra cultural en la nación más poderosa del mundo; Estados Unidos.
La guerra cultural de Estados Unidos contra los fieles católicos inició con la polémica reforma sanitaria propuesta por el presidente Barack Obama en 2010. Se agravó cuando en 2012 la reforma exigía que empleadores religiosos promovieran cobertura de salud para sus empleados que incluyeran métodos anticonceptivos y procedimientos de esterilización así como abortos.
En aquél momento, y desde entonces, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos mostró su desacuerdo por violentar la Primera Enmienda de la Constitución pues calificaron la medida como un ataque sin precedentes contra la libertad religiosa pues la norma, argumentaron, violaba sus conciencias como en su momento lo externó el entonces presidente de la Conferencia Episcopal de Obispos de EEUU, el cardenal Timothy Dolan, también arzobispo de Nueva York:
“Esta última erosión de nuestra libertad debería hacer que todos los americanos reflexionen. Cuando el gobierno interfiere con una libertad tan fundamental para la vida de nuestra nación, uno tiembla al pensar qué viene después”.
La Affordable Care Act, como se le conoció a la ley, estipula que los planes de seguro de salud para los empleados deben incluir servicios preventivos sin costo adicional. Estos se entienden como la planeación familiar y la distribución de métodos anticonceptivos como condones y píldoras. En aquel momento, 2012, la norma eximía a los lugares de culto pero no a sus instituciones afiliadas, entiéndanse universidades, organismos caritativos, hospitales y demás instituciones administradas por la iglesia católica.
Por ello, es que la respuesta de los obispos no tardó en llegar y enviaron cartas a las diversas parroquias en las cuales criticaban la medida de la administración federal y que fueron leídas durante la misa a los feligreses. Y es que, la Affordable Care Act violaba las enseñanzas morales de la Iglesia y la Primera Enmienda de la Constitución que justamente protege la libertad de culto para todos los ciudadanos de aquella nación.
Fue tal la movilización por parte de los obispos, que el presidente tuvo que hacer una extensión de un año a las organizaciones religiosas para encontrar la manera de llegar a un acuerdo, justamente para esperar a que ocurrieran las elecciones presidenciales en las que Obama logró la reelección.
A la protesta de los obispos se les unió diversas compañías norteamericanas que son dirigidas por CEO que profesan alguna denominación religiosa y que se oponen, por tanto, a la anticoncepción o aborto. Tal fue el caso de la empresa Hobby Lobby, líder en la industria de artesanías y arte que decidió no cumplir con la la Affordable Care Act y su HHS Mandate por considerar que la medida viola su objeción de conciencia.
A este caso se sumaron otras 100 empresas que argumentaron lo mismo pero a la administración de Obama pareció no importarle lo anterior y amenazó con cobrarles altas multas por día si es que no acataban la medida. Para muestra, a Hobby Lobby se le amenazó con pagar hasta un millón 300 dólares por día. Ante la situación, el caso llegó a la Suprema Corte de Justicia, que por cierto, a finales de noviembre pasado decidió discutir el caso.
Y es que será en el órgano supremo sobre el que recaiga la decisión de decidir si los empleadores con objeciones religiosas de conciencia pueden negarse a proporcionar a sus empleados la cobertura del seguro obligatorio que incluye la anticoncepción. La Suprema Corte discutirá dos casos, previsiblemente en marzo de 2014; el primero de ellos, será precisamente el de Hobby Lobby.
El segundo caso será el de la empresa menonita Conestoga Wood Specialities a la que también se le obligó a proveer seguros médicos con cobertura anticonceptiva. Los casos llevan el nombre de: “Sebelius v. Hobby Lobby Stores” y “Conestoga Wood Specialties v. Sebelius”. Al respecto, el representante de la Cámara de Representantes, el republicano John A. Boehner aseguró que la Obamacare es “un ataque a la libertad de religión y espero, que sea revertida por la Corte”.
Por su parte, el senador Orrin Hatch, republicano por el estado de Utah, señaló que: “yo he argumentado desde hace tiempo que la ‘Obamacare’ viola las creencias religiosas de los ciudadanos americanos tan queridos, sin importar su partido político”.
Por el momento, los obispos estadunidenses analizan la última propuesta hecha por la administración que, a fin de suavizar el impacto de la cobertura de anticoncepción en los organismos que dependen de las iglesias, se recurra a las aseguradoras o a otras instancias externas que cubran estos procedimientos para que el empleador con creencias religiosas no tenga porqué hacerlo.
El investigador titular en el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, Jorge Traslosheros Hernández, señala que la libertad religiosa es un derecho humano que toda persona tiene “de asociarse y vivir su propia cultura, y si su cultura es una cultura religiosa pues tiene derecho a vivir a través de ella y manifestarse así en público y en privado, de educar a sus hijos en esa religión, manifestarse y participar de la vida pública a partir de aquello que lo constituye como un ser humano, que sería en este caso sus más profundas prácticas y creencias religiosas”.
Así, el especialista cree que actualmente se tiene una ofensiva a todas luces muy grave, “sobretodo a la cultura norteamericana en donde la sociedad civil se considera debe estar protegida siempre de los abusos del estado, pues tenemos políticas públicas que se promueven con mucha virulencia que están comprometiendo la conciencia de muchos norteamericanos, principalmente identificados con sus principios religiosos”.
Por lo anterior, Traslosheros Hernández considera que sí existe un abuso muy grave por parte de la administración de Obama en contra de miembros de la sociedad civil que ha comprometido la libertad de religión. “En su tiempo Benedicto XVI hizo una denuncia contra la dictadura del relativismo que ha retomado con mucha fuerza el Papa Francisco pues se sabe perfectamente que en lo que termina es en la promoción del pensamiento único dentro de un marco de intolerancia como la que maneja Obama:
“Si nosotros vemos la agenda de derechos humanos’ de Obama, vemos que ésta es profundamente autoritaria y muy poca respetuosa de la diversidad de pensamiento, esto ha quedado muy claro, no sólo en la materia de aborto sino también en otros temas como el matrimonio. Obama no está dispuesto a entender ni a dar cabida a la diversidad de pensamiento propio de una sociedad civil pues trata de imponer un pensamiento único, haciendo mella y acoso cultural de quien no lleva esa línea de pensamiento”.
Por si fuera poco el caso de la polémica Affordable Care Act, el gobierno de Barack Obama parece no ceder al ataque, a todas luces, en contra de la Iglesia católica. Para muestra algunas otras medidas que ha tomado como prohibírseles a los militares que compartan sus creencias religiosas pues:
“Cualquier soldado que profese el cristianismo desde ahora puede ser presentado ante un consejo de guerra y ser encarcelado con una baja deshonrosa del ejército”, debido a que “el proselitismo religioso no está permitido dentro del Departamento de Defensa”. La medida incluye a capellanes militares, oficiales que son ordenados clérigos de su fe, y que son cristianos y rabinos judíos en su mayoría.
Por si fuera poco, hace tan sólo unas semanas, la administración de Barack Obama anunció el cierre de su embajada en El Vaticano, misma que se trasladará a la embajada de EEUU en Italia con argumentando que la medida tiene la finalidad de ahorrar 1.4 millones de dólares anuales así como evitar un posible atentado terrorista.
Es por demás importante, reflexionar sobre las medidas adoptadas por Barack Obama, frente a la Iglesia Católica.
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