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"Líneas y Entre Líneas"...

... los invita a disfrutar , con otra mirada y con sus opiniones personales, de los encuentros y desencuentros en los distintos roles que hoy nos tocan vivir en la sociedad.

En este espacio, "La Educación" será el centro en torno al cual giren los distintos temas. A veces delirantes, otras veces reales, mutando de una expresión dura a una actitud tierna.

Así serán las interesantes propuestas y sugerencias hacia un mismo objetivo : "Convivir en Sociedad"


miércoles, 5 de febrero de 2014

Personas sin escrúpulos...


Desenmascarar a una persona sin escrúpulos requiere de mucha observación.

Paola Domínguez Boullosa            

Hay conceptos que se explican mejor con una fábula que por su significado, escrúpulo es una de ellas. Escrúpulo significa roca pequeña o piedrita, y su fábula es como esa piedrita que tenemos en el zapato que a cada paso que damos se va convirtiendo en una tortura. Una vez liberada, liberados quedamos; ahora, al cuidado de los considerables daños que esa pequeñez haya podido causar.
Explicada la fábula y descrito su significado, escrúpulo se define como la duda o recelo que punza la conciencia, sobre si algo es o no cierto; si es bueno o malo; si obliga o no obliga; lo que trae inquieto y desasosegado el ánimo. Y para cerrar el título, la persona sin escrúpulos es aquella que carece de un nivel de conciencia que le permita delimitar la verdad, clasificar sus actos, sus obligaciones y como consecuencia de lo anterior, se desentiende de toda responsabilidad por los daños causados que además, a su parecer ni son ni existen.
Interesante, porque este tipo de personas tienen características muy bien definidas que no siempre podemos diferenciar de cualquier otro ser, carente o no, de sicopatía alguna. Son empáticos, simpáticos con una adaptación social relativamente óptima y hasta pueden parecer profundamente agradables, porque además son narcisistas, egocentristas y con un alto grado de valoración, y ésta es la circunstancia que nos confunde, porque gente así conocemos mucha, la diferencia es que el sin escrúpulos, además de lo anterior, maneja a la perfección la habilidad de mentir, engañar y hacer sentir mal o no al otro para lograr sus objetivos.
Diferenciar a una persona sin escrúpulos de una persona con ellos, es a todas luces un proceso complejo y posiblemente requiera de un tiempo considerable. Desenmascarar a una persona así requiere de un alto grado de observación, experiencia y de un alto grado de reconocimiento de nuestro propio ego, porque esa será su entrada a nuestras vidas; alimentar nuestro ego para conocer, a partir de él, todas nuestras debilidades.
El primer dato es tener en cuenta que su empatía está perfectamente dirigida a un objetivo: cosifican a los seres humanos, es decir, éstos se convierten sólo en medios para su fin, el remordimiento no es algo que se planteen, así que faltar a cualquier norma o valor humano no representa para ellos ningún desafío, así además, parecen seres valientes y seguros de sí mismos —dos grandes características de un líder—, son ordenados y ritualistas, llevan cuenta exacta de lo que han procurado a fin de lograr su objetivo.
A simple vista, hasta podríamos considerar que son seres admirables y emprendedores. La diferencia entre un ser que tiene y el que no tiene escrúpulos más clara es que los primeros se cuestionan y tienen la capacidad mental y física de controlar sus emociones, impulsos y un grado de capacidad de frustración, es decir si algo no sale conforme a lo esperado, la persona con escrúpulos sabrá valorar, aprender y cambiar el rumbo de sus acciones; el segundo, terminará por manifestar su delirio ante la imposibilidad de ver realizado su objetivo. La próxima vez que se deje seducir por un aparente ser perfecto, desconfíe, la autenticidad no da lugar a perfecciones basadas en el pensamiento del colectivo; la autenticidad se basa en el desarrollo de la perfección sólo personal al margen de las opiniones ajenas, así que no se deje sorprender cuando algo roce en lo perfecto, tenga presente que aquel frente a usted le necesita y está dispuesto a todo, y no por usted, sino por lo que usted pueda proveerle… y obsérvese, si siente la piedrita sáquela y siga a delante.
 
En realidad es muy difícil percibir, cuándo una persona es auténtica o no lo es. Así también, es muy difícil transitar este mundo, saber discernir entre el bien y el mal, entre las personas que se nos acercan por conveniencia o por amistad. Todo es muy difícil, pero siempre nos queda la posibilidad y satisfacción de aprender a valorar las buenas acciones de quienes nos quieren, de verdad.  

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