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"Líneas y Entre Líneas"...

... los invita a disfrutar , con otra mirada y con sus opiniones personales, de los encuentros y desencuentros en los distintos roles que hoy nos tocan vivir en la sociedad.

En este espacio, "La Educación" será el centro en torno al cual giren los distintos temas. A veces delirantes, otras veces reales, mutando de una expresión dura a una actitud tierna.

Así serán las interesantes propuestas y sugerencias hacia un mismo objetivo : "Convivir en Sociedad"


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Solteros y sin hijos

Solteros y sin hijos después de los 40

Una nueva tendencia en la que cada vez más hombres y mujeres eligen tener más tiempo para sí mismos.Una nueva tendencia en la que cada vez más hombres y mujeres eligen tener más tiempo para sí mismos. 





Friedrich Nietzsche dijo alguna vez que ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes. Un concepto en el que si bien el filósofo alemán aludía a las dificultades que propone ser un librepensador y actuar en consecuencia, podría parafrasearse y vincularlo con las formas actuales de relacionarse. El ascenso de la soltería, el descenso en el número de casamientos o la libertad de decidir no tener hijos y, por lo tanto, no entregarse a los mandatos sociales, son todos indicadores que confirman que la independencia circunscripta al terreno de la relaciones interpersonales ya no paciera ser de una minoría, si no una tendencia en aumento constante. 
De hecho, según el censo de 2010: la cifra de casados se redujo del 42,6 % -en 2001- al 35,8 %; casi un 52% de personas mayores de 14 años se declaró soltera, un 44,7 vive sola y, en cuanto a tasa de fecundidad, el número medio de hijos tenidos por las mujeres en edad reproductiva descendió de 3,1 al 2,9. En tanto, en 2011, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) reveló en un informe que la tasa de natalidad en Argentina disminuyó a 2,4, la más baja de la historia. 
La tendencia creciente, no es sólo potestad de los argentinos. En Estados Unidos, el centro de investigación Pew Research confirmó, tras trabajar al respecto sobre 2 mil casos, que en 2012 la cifra de solteros alcanzó máximos históricos: 42 millones de personas. En España, en tanto, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), los matrimonios descendieron de 220.674 en 1980, a 168.556 en 2012. Además que el número de nacimientos, cuyo nivel máximo de las últimas tres décadas llegó en 2008, disminuyó sistemáticamente hasta acumular una caída del 12,8% en los últimos cuatro años. 
Una nueva tendencia en la que cada vez más hombres y mujeres eligen tener más tiempo para sí mismos.

En este contexto, se incrementan los adultos que por voluntad propia pasan la barrera de los 40 solteros y sin hijos. "Los singletones, o solteros, son una tendencia que va creciendo. Comenzó en Europa, especialmente en Londres, y se expandió por el mundo hasta llegar a nuestra región.", explica la licenciada Adriana Guraieb, miembro didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA ). Y agrega que se trata de adultos que pasaron las cuatro décadas, no le temen a la soledad y que están muy comprometidos con su trabajo y/o desarrollo profesional, se abastecen económicamente y no se plantean la convivencia aunque tengan pareja. "Pasan mucho tiempo con ellos mismos y aspiran a lograr lo que más anhelan: la libertad individual, la autonomía en las decisiones y el respeto por el espacio propio.", dice quien también es FullMember de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA). 
"La expectativa de vida ha cambiado, por un lado. Y por el otro lado, cada una de las etapas no están tan marcadas como antes. Creo que se han borrado los límites etarios y que se mide la juventud mucho más por el espíritu de una persona, que por su rendimiento físico. Y también, en un contexto individualista, la persona se organiza más en función de sus deseos, que por los mandatos familiares de casarse y tener hijos", opina Juan Eduardo Tesone, médico psiquiatra, psicoanalista e integrante de APA y autor del libro En las huellas del nombre propio. 
Una nueva tendencia en la que cada vez más hombres y mujeres eligen tener más tiempo para sí mismos.

Guido Vespucci, Dr. en Antropología Social, del Grupo de Estudios sobre Familia, Género y Subjetividades, Universidad Nacional de Mar del Plata - CONICET opina al respecto que "no se trata de la soledad versus la familia, sino de un proceso de diversificación en las maneras de organizar la vida íntima y familiar." Y añade: "Emergieron nuevos modelos sexo-afectivos basados en la necesidad de autonomía individual, disminuyendo así el peso del modelo de amor romántico pensado para toda la vida que la institución matrimonial pretendía consagrar." 
En relación a la disminución en la tasa de natalidad o el retraso en la decisión de tener hijos, Adriana Guraieb explica que para un segmento en creciente alza, tener hijos ya no es el objetivo principal de sus vidas: prefieren no tener responsabilidades tan grandes y dedicarse a ellos mismos. "Tal vez no quieran repetir la abnegación y el esfuerzo de sus padres, que al final de sus vidas se privaron de muchos placeres en pos de la crianza", conjetura. 
En tanto, Vespucci cree que la proliferación de hogares unipersonales podría evidenciar tanto la tendencia a consagrar espacios de autonomía individual y tiempo destinado a la satisfacción del Yo, así como las dificultades de conciliar intereses, deseos y rutinas para sostener proyectos de convivencia en pareja. "En esta lógica, los hijos también pueden aparecer como 'una carga' para el despliegue de la satisfacción y autonomía personal, sea en el plano laboral o profesional, en el sexual, o en el tiempo de ocio destinado al consumo.", concluye el profesional. 

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