BIENVENIDOS A MI BLOG !!!

"Líneas y Entre Líneas"...

... los invita a disfrutar , con otra mirada y con sus opiniones personales, de los encuentros y desencuentros en los distintos roles que hoy nos tocan vivir en la sociedad.

En este espacio, "La Educación" será el centro en torno al cual giren los distintos temas. A veces delirantes, otras veces reales, mutando de una expresión dura a una actitud tierna.

Así serán las interesantes propuestas y sugerencias hacia un mismo objetivo : "Convivir en Sociedad"


jueves, 7 de febrero de 2013

Los desechos en la sociedad...


DIME QUE DESECHAS Y TE DIRE QUIEN ERES

¿Alguna vez te has detenido a reflexionar acerca de la cantidad de basura que generas en un sólo día? Desde el momento en que despiertas y enciendes el cigarrillo que prometes dejar en 2013 hasta que apagas la luz después de cenar y el último vaso de leche de la caja que aplastaste, estás generando basura.

Si por un solo día tomaras una bolsa contigo y depositaras ahí todas las envolturas de la porquería que comes y los objetos chinos que desechas, entre otras cosas, traerías a cuestas por lo menos un kilogramo.

Pero la basura es más que una bolsa con objetos aparentemente “inservibles”. Lo que para unos es basura, para otros es materia prima. La basura adquiere un significado de acuerdo al contexto en el que se produce, consume y distribuye. Es todo un proceso.

En el Museo de la Ciudad de México se presentó el libro : “Desechos Reservados”, que aborda la basura vista desde un enfoque multisiciplinario, resultado de un proceso de investigación-acción artística-antropológica.

En el libro, la basura aparece desde tres vértices: espacio público, mirada y olvido. A lo largo de tres apartados veremos imágenes, a veces de manera poética, y otras más políticas, que fungen como un retrato de nuestra sociedad.  "Dime qué y cómo lo desechas y te diré quién eres"

¿Hay alguna forma de poder examinar nuestra cultura a través del consumo minimizando ? Posiblemente el más elocuente delator de nuestra más privada cultura colectiva sea nuestra propia basura. Sí, las bolsas de basuras diarias, arrojadas a la vereda con mayor o menor prolijidad, comunican silenciosamente nuestra sociabilidad y cultura intramuros ¿qué comes? ¿qué fumas? ¿qué desechas?

Las basuras evidencian lo que el crédito aspiracional pretende ocultar, las diferencias de capital cultural, las distinciones de consumo alimentario, las prácticas de higiene y salud, entre otras. Nuestra intimidad develada por la basura.

No es casualidad que justo aquellos aspectos, asociados a subjetividades más subyacentes, nutridas por historias de vida de escolaridad y sociabilidad que dan cuenta de las más profundas raigambres de identidad, expresen tan claramente nuestra segmentación social, nuestra inequidad formativa y nuestra brecha real de ingresos.

Las parcelas de clases, en su distribución espacial urbana, siempre han exhibido una notable diferenciación. Tal es así que en toda comuna es posible etiquetar zonas completas por estratos socioeconómicos. La distribución de la desigualdad ha tenido su correlato en la distribución urbana, estableciendo verdaderos guettos. Ahora bien, y conforme se ha masificado el acceso al consumo vía crédito, tal lógica de asentamientos se diluye en el tránsito cotidiano de ciudadanos. Vale decir, que no es tan evidente saber quién es de qué clase social, ni de dónde proviene (en la lógica de la distribución geo-espacial de la desigualdad) con el sólo ejercicio de examinar su apariencia. Hoy se pueden apreciar prácticas de consumo transversales (en especial el consumo de tecnologías de información, ropas y accesorios varios). Sin embargo, tras estas aparentes prácticas de democratización en el acceso al consumo de servicios más complejos persiste la dinámica de la inequidad de ingresos y su reproducción vía acumulación de capital cultural diferenciados por capacidad de pago.

Nuestras basuras nos delatan. El consumo más volátil, el cotidiano y rutinario, da cuenta de nuestra vivencia íntima de sociabilidad, de nuestra posición efectiva en la estratificación social. La basura exhibe nuestras preferencias privadas de consumo, aquellas de las que renegamos e intentamos eludir a través del consumo aspiracional y que exhibimos cual pavo real en cada ocasión de sociabilidad presencial.

¿Sorprendente? No, más bien confirmatorio de que, a final de cuentas, vivimos en una sociedad que ha hecho de la distinción vía consumo un valor central, a pesar de que en éste se sintetizan las inequidades distributivas y de acceso a servicios que, en tantos derechos, no debieran ser oportunidad de exclusiones.
______________

No hay comentarios:

Publicar un comentario