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"Líneas y Entre Líneas"...

... los invita a disfrutar , con otra mirada y con sus opiniones personales, de los encuentros y desencuentros en los distintos roles que hoy nos tocan vivir en la sociedad.

En este espacio, "La Educación" será el centro en torno al cual giren los distintos temas. A veces delirantes, otras veces reales, mutando de una expresión dura a una actitud tierna.

Así serán las interesantes propuestas y sugerencias hacia un mismo objetivo : "Convivir en Sociedad"


viernes, 20 de enero de 2017

La ansiedad , qué es y sus consecuencias

Como estamos aprendiendo a manejar la ansiedad, tenemos que estar preparadas para cualquier sorpresa, que llegará en forma de síntomas alarmantes o de reacciones inesperadas por la ansiedad. Uno de los síntomas que más temor nos producen es el dolor en el pecho.
Antes de adentrarnos en las causas de ese dolor en el pecho producido por la ansiedad, debemos estar seguras de que es ansiedad y no otro problema. Así que ante la primera molestia en el pecho, hay que acudir al médico. Una vez descartado cualquier otro problema, ya podemos centrarnos en combatir esa ansiedad.
El dolor en el pecho y la ansiedad
 
 


Causas del dolor en el pecho


    A veces lo notamos poco antes de sufrir una crisis de ansiedad pero, otras veces, nos ocurre en cualquier momento, en cualquier lugar y tal como ha llegado se va. Se trata de una molestia en el pecho cuya intensidad puede variar. Puede ser un dolor intenso, puede ser intermitente o continuo, puede ser una sensación de opresión o pueden ser pinchazos o sacudidas en el pecho.
    En cualquier caso, la ansiedad va ligada a las molestias en el pecho. Hay varias causas para este dolor en el pecho. Una de ellas es la tensión muscular que se produce con la ansiedad. Y es que entre los muchos dolores musculares producto de la ansiedad, el dolor en el pecho puede ser uno de ellos.
    Otra de las causas del dolor en el pecho es la respiración inadecuada. Sabemos bien que la ansiedad dificulta la respiración, que respiramos más rápido, que nos falta el aire y eso puede producir molestias en el pecho. Si observamos las causas del dolor en el pecho, podemos entender que se trata de un síntoma de la ansiedad que no reviste gravedad.

    Quitar el miedo al dolor en el pecho



    Sin embargo, aunque sabemos que ese dolor en el pecho no es peligroso, no podemos evitar sentir miedo cuando aparece. Siempre nos ponemos en lo peor y creemos que se trata de un ataque al corazón o algún otro problema cardiaco. El miedo a morir es muy frecuente en los casos de ansiedad y el problema es que en los momentos de más ansiedad, lo último que se nos ocurre es racionalizar la situación.
    Una vez más, debemos intentar poner un toque de cordura en esta situación de nervios, porque asustarnos por ese dolor en el pecho lo único que va a hacer es aumentar la ansiedad y, probablemente, desencadenar una crisis de ansiedad. Como estamos en un momento en el que no podemos pensar con claridad, lo mejor que podemos hacer es respirar.
    Siempre insistimos en la importancia de aprender a respirar para combatir la ansiedad. Cuando dominemos la técnica de la respiración profunda, podremos utilizarla sin demasiado esfuerzo en cuanto notemos los primeros síntomas de ansiedad. Respirar bien, de forma tranquila, profunda y consciente, puede evitarnos muchos malos momentos por ansiedad.

    La ansiedad lleva nombre de mujer 

    ROSA MAÑASREDACTORA
    La ansiedad lleva nombre de mujer
    Aparece sin darnos cuenta, nos desborda como espuma de cerveza, y lleva nombre femenino. ¿Qué es? La ansiedad. Nunca antes las mujeres hemos estado tan cargadas de responsabilidades como hoy. Nos entregamos a la familia, al trabajo y a otras actividades que comprometen nuestra pasión y poco tiempo queda para nosotras mismas. ¿Cuál es el resultado? La ansiedad nos desborda y se expresa en sus múltiples formas que van desde agriarnos el carácter hasta tumbarnos el pelo.

    Situaciones estresantes

    Nuestro cuerpo tiene previstas ciertas respuestas ante situaciones estresantes, como pueden ser las que nos causan miedo; y entre ellas están esa sensación de nerviosismo, salto en el estómago, taquicardia, manos y pies sudorosos, etc, que nos disparan la alerta en situaciones comprometedoras y que hemos experimentado todas alguna vez. Siempre que esos síntomas no se vayan de control, nos ayudarán a mantenernos concentradas y a afrontar los retos que tenemos por delante.
    Los trastornos por ansiedad son, en conjunto, la enfermedad psiquiátrica más frecuente. Se clasifican como de ansiedad generalizada, de pánico, fóbico, obsesivo-compulsivo y post-traumático.

    Tipos de trastornos de ansiedad

    Trastorno de ansiedad generalizada: Se trata de una tensión crónica aún cuando nada parece provocarla. Esta preocupación o nerviosismo excesivo es casi diario y se diagnostica como tal cuando tiene una duración mínima de seis meses.

    +Trastorno de pánico (o ataque de angustia): Se experimentan crisis recurrentes de angustia que surgen espontáneamente. Se trata de una ansiedad aguda y extrema en la que es frecuente que la persona siente que va a morir. Estos ataques repentinos de miedo intenso no tienen una causa directa. En ocasiones, los pacientes que sufren este trastorno desarrollan angustia a experimentar el próximo ataque, cuya ocurrencia no pueden prever, es la llamada ansiedad anticipatoria.

    +Trastorno fóbico: Tiene como rasgo esencial la presencia de un temor irracional y persistente ante un objeto específico, actividad o situación con la consecuente evitación del objeto temido. Por ejemplo, el miedo a volar, a los pájaros o a los espacios cerrados, a la oscuridad, etc.

    +Trastorno obsesivo-compulsivo: Se trata de pensamientos o acciones no voluntarios que el paciente no puede dejar de pensar o hacer para no generar ansiedad. En todo caso, el sujeto reconoce el carácter absurdo de sus pensamientos o acciones. Por ejemplo: lavarse las manos a cada rato, contar cosas, etc.

    +Trastorno por estrés post-traumático: Se presenta en casos que hay secuelas psicológicas desagradables tras el impacto de un trauma emocional, como en el caso de un accidente o violación. Se caracteriza por los recuerdos persistentes del suceso traumático, un estado emocional con exaltada vigilancia y la reducción general de interés por los sucesos cotidianos.

    +Ataque de pánico: Provocado por una ansiedad muy intensa se caracteriza por sensación de ahogo y opresión en la garganta, respiración dificultosa, sudoración, náuseas, temblores, taquicardia o palpitaciones. Las mujeres son de dos a tres veces más propensas que los hombres a los ataques de pánico.

    Estos trastornos requieren ayuda especializada. En ocasiones bastan algunas sesiones de psicoterapia, pero en muchas se precisa de suplementos orales que ayuden a restablecer el balance bioquímico del cerebro que es la causa del mal funcionamiento nervioso.

    Síntomas de la ansiedad femenina

    Pero si bien estos tratamientos son a largo plazo, hay síntomas que merecen asistencia de inmediato, como son:

    +Dolor aplastante en el pecho, especialmente con dificultad respiratoria, mareo o sudoración. Un ataque cardíaco puede causar sensación de ansiedad y en esos casos es mejor no perder tiempo.

    +Pensamientos suicidas.

    +Mareos o una inexplicable aceleración del ritmo respiratorio o los latidos cardíacos.

    +La ansiedad interfiere con el trabajo o el funcionamiento en el hogar. 

    +Incapacidad para dilucidar por ti misma qué desencadena la ansiedad.

    +Sensación repentina de pánico.

    +Comportamientos extraños como repetir mecánicamente una acción una y otra vez, contar cosas o excesiva escrupulosidad.
    Cuando el amor da ansiedad
    Ansiedad por comer

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